La sesión del martes dejó al descubierto una incomodidad creciente en los mercados financieros globales: el relato de recortes de tipos que había sustentado gran parte del optimismo reciente se está fracturando. Y no es únicamente por la persistencia de la inflación, sino por una mezcla tóxica de política comercial agresiva, expectativas fiscales expansivas y señales contradictorias desde la economía real.
El bono a 30 años de EE. UU. superó nuevamente el 5% de rentabilidad, arrastrando al alza a toda la curva larga de rendimientos. No se trata de un movimiento técnico pasajero, sino de una advertencia estructural: el mercado de deuda está lanzando un mensaje claro — “no habrá recortes en 2025”, o, en el mejor de los casos, serán mínimos y llegarán tarde.
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Hazte Cliente Cuenta de Formación Descarga la app móvil Descarga la app móvilEste giro en las expectativas fue precipitado por el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio, que registró un aumento mensual del 0,3%, el mayor salto desde enero. La inflación anual se aceleró hasta el 2,7% desde el 2,4% anterior. Lo más inquietante: el repunte inflacionario se concentra en bienes directamente expuestos a los aranceles promovidos por Donald Trump, como muebles, electrodomésticos y juguetes.
Ya no es especulación: los aranceles están alimentando la inflación, y aún no han entrado plenamente en vigor.
Mientras tanto, los futuros sobre los fondos federales siguen descontando dos recortes hacia diciembre. Pero la renta fija de largo plazo —mucho menos sensible a intervenciones retóricas o ajustes de corto plazo— está marcando otra pauta. Los traders de bonos ven una Reserva Federal forzada a mantener los tipos altos más tiempo del previsto, porque la presión inflacionaria no cede.
Esto reconfigura el escenario del “aterrizaje suave”. Aunque grandes bancos como JPMorgan y Citigroup siguen viendo resiliencia en la economía —gracias a buenos resultados corporativos y un consumo que se mantiene sólido—, reconocen que el entorno se ha vuelto más volátil, y que la inflación podría repuntar en la segunda mitad del año.
Lo que hasta hace poco parecía un "todo va bien" empieza a parecer un "todo resiste... por ahora".
En este contexto, el dólar estadounidense se está fortaleciendo, no tanto por una economía especialmente robusta, sino por la renovación de expectativas de tipos altos en EE. UU., mientras otras regiones —como Europa o Asia— exhiben señales de debilidad estructural.
Esto provoca un aumento de los flujos hacia activos denominados en USD y refuerza el atractivo de los bonos del Tesoro estadounidense, especialmente ahora que ofrecen rendimientos superiores al 5%. Sin embargo, también ejerce presión sobre mercados emergentes, exportadores y materias primas, y eleva el riesgo de disrupciones financieras en países con altos niveles de deuda en dólares.
La Fed atrapada entre el ruido político y la macroeconomía real
Donald Trump ha convertido la política comercial en un instrumento de presión multilateral. Desde aranceles del 10%, 30% y hasta 50%, pasando por advertencias a Europa, sanciones contra Rusia y amenazas a Brasil, el exmandatario intensifica la tensión global justo cuando el Congreso ha aprobado un nuevo plan fiscal expansivo.
Esta combinación de gasto público elevado, tensiones comerciales abiertas y falta de visibilidad sobre la política exterior sienta las bases para el regreso de una inflación estructural, justo cuando el ciclo parecía estar bajo control.
En este nuevo escenario, la Reserva Federal ya no puede confiar en los modelos que asumían una desinflación automática. Las fuerzas exógenas han regresado con fuerza.
Desde el exterior, Estados Unidos aún proyecta solidez: crecimiento moderado, consumo firme, resultados empresariales sólidos y un sistema bancario resiliente. Pero el mercado de bonos no observa titulares: mira flujos, curvas y spreads, y lo que percibe en este momento no encaja con una Fed relajada ni con un dólar débil.
Este no es un entorno con dirección clara, sino uno dominado por una tensión persistente entre percepción y realidad. Y es justamente en ese espacio donde se juega el verdadero alfa de los mercados financieros.
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Alejandro de Luis
Editor de Hispatrading Magazine, revista de trading con mayor difusión en español. Alejandro ha trabajado como trader en diferentes sociedades de valores y firmas de trading propietario, así como en áreas de negociación y análisis durante casi dos décadas. Autor de varios libros de trading publicados en más de cinco países, ha impartido conferencias formativas y programas de especialización ante audiencias de más de 40 países, entre ellas alumnos de varias universidades europeas de prestigio.
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