- El oro vuelve a estar en ese punto incómodo, y a la vez interesante, donde los fundamentales empujan hacia arriba, pero el precio necesita tomarse un respiro antes de decidir el siguiente tramo.
- El oro vuelve a estar en ese punto incómodo, y a la vez interesante, donde los fundamentales empujan hacia arriba, pero el precio necesita tomarse un respiro antes de decidir el siguiente tramo.
El oro vuelve a estar en ese punto incómodo, y a la vez interesante, donde los fundamentales empujan hacia arriba, pero el precio necesita tomarse un respiro antes de decidir el siguiente tramo. No es una situación nueva para el metal, pero sí especialmente relevante por el contexto macro que lo rodea y por el momento técnico en el que se encuentra.
Goldman Sachs ha puesto números encima de la mesa: 4.900 dólares por onza para diciembre de 2026 en su escenario base, con riesgos claramente sesgados al alza si la demanda se amplía desde bancos centrales hacia inversores privados. No es una proyección menor. Implica que, más allá de la volatilidad diaria, el banco sigue viendo al oro como un activo estructuralmente atractivo en un mundo de tipos reales a la baja, diversificación forzada y tensiones geopolíticas persistentes.
La tesis es bastante clara. Por un lado, la demanda de bancos centrales sigue siendo excepcionalmente elevada, algo que no responde a ciclos económicos clásicos, sino a una reconfiguración más profunda del sistema monetario global. Por otro, el ciclo de recortes de la Reserva Federal —ya en marcha— actúa como viento de cola para un activo que no ofrece rendimiento, pero que brilla precisamente cuando los tipos reales caen.
Y ahí entran los últimos datos macro. El IPC estadounidense ha vuelto a sorprender a la baja, reforzando la narrativa de que la Fed tendrá margen para seguir relajando política monetaria en 2026. El mercado ya descuenta con bastante convicción al menos un recorte adicional en primavera, y eso se refleja en el comportamiento del oro: incluso en sesiones donde el dólar rebota ligeramente, el metal aguanta relativamente bien. No es un detalle menor.
Ahora bien, desde el punto de vista del precio, el oro no está en tierra de nadie. Está luchando, literalmente, con su zona de máximos históricos en gráfico diario. Esa es una zona donde es normal ver dudas, tomas de beneficios y movimientos erráticos. Nadie compra tranquilo en máximos absolutos, y nadie vende con convicción cuando la narrativa de fondo sigue siendo tan sólida.
En gráfico diario, el mensaje es claro: tendencia alcista intacta, pero con el precio necesitando consolidar antes de un nuevo impulso. No hay señales de distribución clara, pero tampoco ruptura limpia. Es el típico escenario donde el mercado decide si transforma resistencia en soporte… o si necesita algo más de tiempo.
Fuente: xStation5.
Ahí es donde el gráfico de 4 horas aporta matices interesantes. Tras una ruptura previa que no terminó de confirmarse, una especie de falso breakout, el oro ha entrado en un proceso de consolidación lateral-alcista. No está cayendo con fuerza, no está perdiendo estructura, pero sí está absorbiendo oferta. Ese comportamiento suele ser más propio de continuación que de giro, especialmente cuando se produce cerca de máximos y no después de una caída prolongada.
Fuente: xStation5.
La referencia clave ahora mismo es bastante concreta: los máximos del día 18. Esa zona se ha convertido en un nivel técnico muy vigilado. Si el precio es capaz de romperlos con claridad y, más importante aún, establecerse por encima, el mensaje cambia. Deja de ser un mercado dudoso y pasa a ser un mercado que confirma fortaleza.
Desde un punto de vista de trading, ese escenario es especialmente atractivo. No se trata de perseguir el precio a cualquier coste, sino de esperar una señal clara de que el mercado ha terminado de digerir la subida previa. Una ruptura validada por encima de esos máximos, acompañada de cierre sólido en 4H o diario, abre la puerta a reincorporarse al lado largo del oro con una ecuación riesgo-beneficio razonable.
La pregunta de fondo es casi filosófica:
¿estamos ante un techo temporal o ante una pausa saludable dentro de una tendencia mucho más grande?
Goldman, los bancos centrales y los datos macro parecen inclinar la balanza hacia lo segundo. El mercado, como siempre, exigirá confirmación. Pero mientras el oro se mantenga fuerte cerca de máximos, sin perder soportes relevantes, el sesgo sigue siendo alcista, aunque el camino no sea lineal.
En resumen, el oro no está “barato”, pero tampoco está dando señales de agotamiento estructural. Está haciendo algo mucho más interesante: consolidar fortaleza. Y cuando eso ocurre cerca de máximos históricos, conviene prestar atención. Porque si el precio decide resolver esa consolidación al alza, puede que no dé demasiadas segundas oportunidades.
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Alejandro de Luis
Editor de Hispatrading Magazine, revista de trading con mayor difusión en español, Alejandro ha trabajado como trader en diferentes sociedades de valores y firmas de trading propietario, así como en áreas de negociación y análisis durante casi dos décadas. Autor de varios libros de trading publicados en más de 5 países ha impartido conferencias formativas y programas de especialización ante audiencias de más de 40 países, entre ellas alumnos de varias universidades europeas de prestigio.
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