Bajo el estruendo de las vías del tren y el ruido de los sacos de grano, nació la Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT). Y en sus bulliciosas salas se cosechaba un tipo diferente de cosecha, no de trigo o maíz, sino de riesgo, instinto y especulación. Durante más de 170 años, algunas de las personas más atrevidas se adentraron en el ámbito del comercio de materias primas, no solo para ganar dinero, sino para hacer historia.
Este artículo se adentra en las vidas y las lecciones de famosos especuladores de materias primas que dejaron su huella en la CBOT y en el amplio mundo del comercio de futuros. Si eres principiante, no temas: te guiaremos a través de todo en términos sencillos, al tiempo que honramos la complejidad de este rico legado comercial.
Conclusiones clave
- La Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT) es una de las bolsas de futuros más antiguas e influyentes del mundo.
- Los especuladores desempeñan un papel fundamental en los mercados de materias primas, ya que aportan liquidez y ayudan a gestionar el riesgo.
- Figuras legendarias como Jesse Livermore y Arthur Cutten marcaron los inicios de la especulación.
- El riesgo, el momento oportuno y la psicología son tan importantes como los datos en el comercio de materias primas.
- Este artículo explora sus historias, estrategias y lo que los operadores modernos pueden aprender del pasado.
¿Qué es la CBOT?
![Vista panorámica del edificio de la Junta de Comercio de Chicago con banderas estadounidenses y arquitectura clásica, que representa el centro histórico del comercio de materias primas y la especulación financiera en los Estados Unidos.]()
La Bolsa de Comercio de Chicago, fundada en 1848, se creó como un mercado centralizado para que los agricultores y los compradores comerciaran con cereales. Con el tiempo, se convirtió en el centro mundial de los futuros agrícolas, fijando precios que influyen en el coste de los alimentos en todo el mundo.
Piense en la CBOT como el campo de batalla original del trigo, el maíz, la soja... y las ideas. Los operadores no solo movían mercancías, sino también mercados, a menudo con un solo grito o un movimiento de la mano desde la sala de operaciones.
Hoy en día, la CBOT forma parte del CME Group, pero su identidad como piedra angular del comercio mundial de materias primas sigue intacta.
El papel de los especuladores en los mercados de materias primas
Los especuladores no son jugadores. Son personas que asumen riesgos a cambio de la posibilidad de obtener una recompensa. Mientras que los agricultores se protegen para salvaguardar sus cosechas, los especuladores apuestan por los precios futuros, al alza o a la baja.
Su influencia suele ser objeto de críticas, pero sin ellos los mercados se paralizarían. Aportan liquidez, facilitan la entrada y salida de posiciones y, a menudo, predicen las tendencias de la oferta y la demanda antes de que lleguen a los titulares.
No plantan cultivos ni cosechan campos, pero sus movimientos afectan a toda la cadena alimentaria. En muchos sentidos, son los indicadores del sentimiento del mercado.
5 fascinantes historias especulativas sobre el comercio en la bolsa CBOT
![Tickets de pedidos antiguos de la Junta de Comercio de Chicago esparcidos sobre una superficie de madera, que muestran las prácticas históricas de comercio de materias primas y la documentación de los primeros mercados de futuros.]()
Detrás del bullicio de la sala de operaciones, entre nubes de polvo de tiza y hojas de órdenes volando por los aires, la Bolsa de Chicago fue testigo de algunas de las apuestas más arriesgadas de la historia financiera. No se trataba solo de operaciones bursátiles, sino de batallas. Entre el instinto y los datos. Entre la arrogancia y la humildad. Entre el tictac del reloj y el peso de millones en contratos abiertos. A continuación se presentan cinco historias de la CBOT que capturan el espíritu de la especulación en su forma más pura.
1. La guerra del trigo de Arthur Cutten en 1924
Le llamaban "el rey del trigo", pero Arthur Cutten no era más que un simple empleado con las manos callosas y una bicicleta. En 1924, no solo apostaba por el trigo, sino que prácticamente lo dominaba. Ese año, Cutten creía que la demanda mundial de trigo aumentaría debido a las malas cosechas europeas. Acumuló una enorme posición larga.
- Los operadores de la bolsa bromeaban diciendo que Cutten había acaparado la mitad de Kansas.
- Los precios se dispararon. Los periódicos se hicieron eco. El Gobierno frunció el ceño.
El nombre de Cutten estaba en boca de todo el mundo del grano y, por un momento, él era el pulso del precio del pan. Pero, con la misma rapidez, las condiciones meteorológicas mejoraron y las cosechas europeas se recuperaron. Los precios dieron un giro violento y muchos de los que lo siguieron quedaron en la estacada. Cutten sobrevivió a la caída, pero sus operaciones se convirtieron en leyenda. Fue un recordatorio: ni siquiera un rey puede controlar la lluvia.
2. La crisis del trigo de Hutchinson en 1888.
Benjamin P. Hutchinson, más conocido como "Old Hutch", era un antiguo tendero que se convirtió en un gigante del mercado. En 1888, intentó lo imposible: acaparar el mercado del trigo.
Old Hutch creía que la oferta era escasa y acaparó tantos futuros como pudo. En un momento dado, controlaba más de 12 millones de bushels de trigo de Chicago. Cuando llegó el momento de la entrega, nadie más tenía suficiente para ofrecer. Los precios se dispararon. Los molineros y panaderos entraron en pánico.
Su maniobra hizo que los precios del trigo subieran tanto que los periódicos de la ciudad lo acusaron de "matar de hambre a la nación por lucro". Pero Old Hutch no se disculpó. Vendió los contratos al precio más alto y se marchó con una fortuna.
Los reguladores tenían pocas herramientas en ese momento, pero la indignación pública por esa situación impulsaría más tarde las primeras peticiones de supervisión futura. Hutchinson demostró que un solo hombre, con suficiente determinación y dinero, podía sacudir toda la cadena alimentaria.
3. El bluff de Livermore con el algodón (que no fue un bluff)
Aunque Jesse Livermore se asocia más con Wall Street, se adentró lo suficiente en las materias primas de la CBOT como para dejar huella. En 1907, Livermore fue noticia al vender en corto algodón, mientras todos los demás apostaban por el largo plazo.
Corrieron rumores de que estaba fingiendo, tratando de asustar al mercado. Pero Livermore no estaba fingiendo: había estudiado los retrasos en los envíos y los informes meteorológicos, y se había dado cuenta de que el suministro pronto inundaría el mercado. Cuando los precios alcanzaron su punto máximo, duplicó silenciosamente sus posiciones cortas.
El algodón se desplomó. Los operadores que se burlaban de él el lunes guardaron silencio el viernes. Livermore se llevó millones.
¿Su secreto? Utilizó información que el mercado había ignorado y se mantuvo tranquilo. "El dinero de verdad", dijo más tarde, "está en quedarse quieto". En este caso, quedarse quieto le hizo más rico que algunas empresas de corretaje en su conjunto.
4. La pelea del Soybean Saloon de 1973
Los años 70 fueron una época diferente. El pelo largo se combinaba con contratos largos, y las salas de negociación de la CBOT eran más ruidosas que cualquier concierto de rock. En 1973, los precios de la soja se dispararon, impulsados por las exportaciones récord a Japón y la Unión Soviética.
Un joven operador llamado Marty Harnett, que entonces solo tenía 24 años, decidió subirse a la ola. Compró miles de contratos de soja y se convirtió en una celebridad de la sala de operaciones casi de la noche a la mañana. Algunos veteranos le advirtieron que se retirara antes de que se publicara el informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). No les hizo caso.
El informe se publicó. Mostraba más reservas de las esperadas. La soja se desplomó un 20 % en un día.
Las ganancias de Harnett se evaporaron más rápido que el café en julio. La lección que aprendió fue dura y pública: nunca te cases con tu posición, especialmente en el caso del café en grano. Pero su audacia pasó a formar parte de la tradición del mercado, donde la valentía solía respetarse más que el éxito.
5. La gran crisis del maíz de 1996.
En 1996, los precios del maíz fluctuaban como la puerta de un granero en un tornado. Estados Unidos había sufrido un retraso en la siembra y, posteriormente, una sequía repentina. Los especuladores olieron sangre y vieron una oportunidad.
Un operador conocido en la bolsa solo como "D-Train" se adentró en los futuros de maíz de julio, convencido de que los precios alcanzarían máximos históricos. Tomó la posición a 3,25 dólares y vio cómo se disparaba hasta los 5 dólares. Pero justo cuando se disponía a salir, volvió a llover en Iowa. El mercado cayó 50 centavos en una hora.
En lugar de salir, dobló la apuesta, esperando un repunte. El repunte nunca llegó.
Al vencimiento, había perdido millones. Pero la leyenda de D-Train perduró, no como una advertencia, sino como un símbolo de lo rápido que el mercado de futuros puede pasar de la abundancia a la escasez. La CBOT enseñó a todos los operadores una cosa: el tiempo no solo cuesta dinero, sino que puede quemarlo.
Biografías de especuladores famosos
![FotografÃa histórica en blanco y negro de operadores vestidos con traje y sombrero reunidos alrededor de una mesa de operaciones en la Bolsa de Chicago, que captura los inicios de la especulación con materias primas y la negociación en los mercados.]()
1. Jesse Livermore: el chico que se lanzó al mercado
Livermore comenzó a operar a los 15 años, causando sensación en las casas de apuestas de Boston antes de trasladarse a Wall Street. No era estrictamente un hombre de materias primas, pero sus operaciones con trigo eran legendarias.
Vendió en corto algodón y trigo en cantidades que acapararon los titulares y provocaron verdaderas sacudidas en el mercado. ¿Su secreto? Paciencia, oportunidad y la creencia de que "el mercado nunca se equivoca".
Su historia es una lección magistral de psicología y control emocional, y una advertencia sobre el exceso de apalancamiento y la arrogancia.
2. Arthur Cutten: el rey del trigo de Chicago
Cutten llegó a Chicago con solo una bicicleta y unos pocos dólares. En una década, se convirtió en un magnate del trigo. De empleado a rey, ascendió en la jerarquía de la CBOT.
Tenía un instinto extraordinario para el mercado y a menudo apostaba fuerte por las tendencias de los precios. Sus decisiones marcaron los precios de los cereales durante la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión.
A pesar del escrutinio regulatorio al que se vio sometido en los últimos años de su vida, Cutten es recordado como un símbolo de la especulación autodidacta y el instinto para los mercados.
3. Benjamin Hutchinson – "Old Hutch" (El viejo Hutch)
Hutchinson, una de las primeras leyendas del comercio, acaparó el mercado del trigo de Chicago en 1888, lo que provocó una subida vertiginosa de los precios. Era intrépido y famoso por su indiferencia ante la reacción del público.
Su historia revela las primeras lecciones sobre el riesgo de manipulación, las lagunas normativas y la influencia que un solo hombre podía tener en los precios de los alimentos en todo Estados Unidos.
4. Richard Dennis: el maestro de las Tortugas
Dennis convirtió 1600 dólares en más de 200 millones de dólares negociando con futuros, incluyendo materias primas como la soja, el maíz y el azúcar. Pero su mayor legado fue el «Experimento de los Tortugas», que demostró que el comercio se podía enseñar.
Su método era sistemático, seguía las tendencias y se basaba en la creencia de que la disciplina vence a la emoción. Un hombre de reglas, no de ruido.
5. Paul Tudor Jones: el inconformista moderno de las materias primas
Aunque no estaba estrictamente arraigado en la CBOT, Jones negociaba con futuros, incluyendo cereales y algodón. Es famoso por haber predicho la crisis de 1987 y dirige Tudor Investment Corp.
Combina la macroeconomía con el reconocimiento de patrones, uniendo la intuición con los modelos. Sus operaciones se hacen eco de los antiguos grandes de la CBOT: audaces, centradas y profundamente investigadas.
De la mansión al mercado: las esculturas de Arthur Cutten
![Estatua clásica situada frente al edificio de la Junta de Comercio de Chicago, que simboliza la sabidurÃa y la tradición en la historia del comercio de materias primas y los mercados financieros.]()
En las tranquilas sombras de Lake Forest, Illinois, donde el tiempo transcurre al son del susurro de las hojas y el dinero antiguo, la antigua finca de Arthur Cutten se erigía en su día como un monumento a la ambición. La mansión del Rey del Trigo era una amplia muestra de elegancia clásica, con dos imponentes esculturas de bronce flanqueando la gran entrada al jardín, cada una de ellas de más de dos metros y medio de altura.
No eran solo decorativas. Eran centinelas simbólicos de la vida que Cutten había construido. Una escultura representaba a Deméter, la diosa griega del grano y la cosecha, sosteniendo una gavilla de trigo en una mano y una balanza en la otra. La segunda era una figura masculina musculosa, modelada a imagen de Mercurio, dios romano del comercio, con sandalias aladas y un pergamino con contratos de mercado.
Cutten se llevó esas esculturas del antiguo edificio de la CBOT, justo antes de que la bolsa de materias primas cambiara de ubicación. Durante décadas, tras la muerte de Cutten en 1936, la finca cayó en un silencioso declive. La mansión fue finalmente demolida, los terrenos se subdividieron y los artefactos se dispersaron. Las estatuas desaparecieron, presumiblemente perdidas en el tiempo o vendidas en una subasta privada. Durante casi 70 años, desaparecieron de la memoria pública. Entonces se produjo un giro digno de un rumor en la sala de la CBOT.
El descubrimiento
En 2007, un historiador de arte privado que catalogaba piezas de la finca de un coleccionista del Medio Oeste se topó con dos esculturas extrañamente familiares en un granero polvoriento a las afueras de Peoria. Sus firmas, las iniciales "A.C." grabadas en la base, coincidían con las del artista que Cutten había encargado en su día a la escuela Beaux-Arts de Nueva York. Las fotografías históricas lo confirmaron: se trataba de las estatuas de Cutten.
Los responsables de la CBOT, informados a través de una red de conservadores históricos, quedaron atónitos. Cutten no solo había dominado en su día la sala de operaciones, sino que también había dejado atrás guardianes simbólicos de su legado. Tras algunas negociaciones, la validación legal y la restauración, las esculturas fueron adquiridas y trasladadas al edificio de la CBOT en 2011.
¿Dónde están ahora?
Hoy en día, se pueden ver erguidas con tranquila dignidad en el atrio interior principal del edificio de la Junta de Comercio de Chicago, colocadas sobre pedestales de granito negro bajo sutiles focos.
- Deméter ahora vigila una exposición de contratos de cereales antiguos de la década de 1920, con su mirada de bronce fija en el futuro del mercado.
- Mercurio está a su lado, con un pergamino en la mano, como si aún susurrara señales comerciales a los valientes y audaces que atraviesan el vestíbulo.
Son más que arte: son reliquias de la época dorada de la especulación. Cápsulas del tiempo fundidas en metal.
Legado fundido en bronce
En cierto modo, resulta poético. El hombre que en su día dominó los mercados de trigo de la CBOT, que se impuso a los mercados y eludió a los reguladores, ahora vigila en silencio la institución que ayudó a crear. No a través de discursos o titulares, sino a través del arte perdido y redescubierto, que se hace eco de una vida que pasó de los pedales de una bicicleta a operaciones de miles de millones de bushels.
Puede que el nombre de Arthur Cutten ya no aparezca en los titulares de las noticias financieras, pero en la CBOT, su espíritu está esculpido en las paredes.
Breve historia y hitos de la CBOT
- 1848: se funda la CBOT como mercado de cereales al contado.
- 1865: primer contrato de futuros estandarizado para el maíz.
- Década de 1870: surgen las salas de negociación, que conforman la emblemática planta de la CBOT.
- Década de 1920: especuladores como Cutten y Livermore acaparan los titulares.
- Década de 1930: la Gran Depresión trae consigo la regulación: la Ley de Bolsas de Materias Primas (1936).
- Década de 1970: comienza el comercio electrónico, que cambia lentamente la dinámica de la sala de operaciones.
- 2007: la CBOT se fusiona con el CME Group.
- Hoy en día: la CBOT sigue siendo un referente mundial para los futuros agrícolas.
Datos interesantes
- Los comienzos de Arthur Cutten
Llegó a Chicago cuando era adolescente con solo una bicicleta y algo de dinero en el bolsillo. Unos años más tarde, dominaba los mercados de cereales con operaciones millonarias.
- La presión del mercado del viejo Hutch
En 1888, Benjamin Hutchinson intentó acaparar el mercado del trigo de tal manera que, según se dice, obligó a los molineros a suplicarle directamente que les vendiera cereales.
- La oficina comercial de Livermore
Jesse Livermore construyó una sala de operaciones personal con una máquina de teletipo, todo un lujo en aquella época, para poder seguir los movimientos del mercado en tiempo real, un precursor de las terminales Bloomberg.
- La ubicación original de la CBOT
Las primeras operaciones se realizaron en una estructura de madera situada encima de una tienda de piensos. Sin suelos de mármol, solo ambición en estado puro. En 1930, la CBOT cambió de ubicación y se trasladó a un nuevo edificio emblemático de estilo art déco en Chicago.
- Dennis y las Tortugas
Richard Dennis publicó literalmente anuncios en los periódicos para reclutar operadores para su experimento. Muchos de ellos se convirtieron en millonarios.
- La especulación y el Dust Bowl
Durante la década de 1930, se culpó (injustamente) a la especulación excesiva del aumento de los precios de los alimentos en medio de una grave crisis agrícola.
- La visita de J.P. Morgan a la CBOT
Morgan visitó una vez la sala de operaciones para ver trabajar a los operadores de cereales, a los que calificó como «lo más parecido a los gladiadores modernos».
- Las mujeres en la sala de operaciones
A principios de la década de 1980, las mujeres comenzaron a irrumpir en las salas de operaciones, enfrentándose a generaciones de trajes ruidosos y egos aún más ruidosos.
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