Un mercado en máximos, pero con señales de advertencia que la Fed no puede ignorar
El mercado bursátil estadounidense atraviesa uno de sus momentos más eufóricos del año. El Nasdaq y el S&P 500 acumulan más de 60 sesiones por encima de su media móvil de 20 días, lo que muchos interpretan como señal de solidez y confianza. Los titulares celebran nuevos récords, los inversores respiran aliviados… pero en este contexto de aparente calma, surgen interrogantes que los bancos centrales no pueden permitirse pasar por alto.
El riesgo silencioso: los nuevos aranceles
Más allá de la estabilidad en los índices, un factor inquietante comienza a ganar protagonismo: una nueva ola de aranceles comerciales. Aunque no siempre recibe la misma cobertura que otros eventos macroeconómicos, su impacto es profundo y directo: incremento de costes, presión sobre el consumo y una Reserva Federal con menos margen de maniobra.
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Hazte Cliente Cuenta de Formación Descarga la app móvil Descarga la app móvilA diferencia de una recesión tradicional —donde crecimiento e inflación caen simultáneamente y la Fed puede recortar tipos sin remordimientos—, los aranceles alteran este equilibrio. Al encarecer productos desde el lado de la oferta y frenar la demanda al mismo tiempo, obligan al banco central a tomar decisiones difíciles: sostener el empleo o frenar los precios. Ambas cosas a la vez, no.
Menor margen, mayor incertidumbre
El contexto actual es más complejo que antes. La inflación postpandemia alcanzó niveles no vistos en décadas, y aunque la Fed logró reducirla sin provocar una recesión severa, el coste estructural persiste. Los precios se estabilizaron, sí, pero en una meseta mucho más alta. En otras palabras, el daño no fue la velocidad del alza, sino el nivel al que llegaron los precios, algo que los consumidores perciben día a día en la compra, el alquiler o la gasolina.
Ahora, cualquier nuevo repunte —como el que podrían generar los aranceles— no será recibido con la misma tolerancia. Tanto hogares como empresas han perdido la fe en la narrativa de “inflación transitoria”, y están listos para responder: exigirán mayores sueldos, adelantarán compras o renegociarán contratos. Este comportamiento defensivo puede amplificar un rebrote puntual hasta convertirlo en un problema estructural.
Los mercados emergentes entran en escena
Mientras tanto, los inversores internacionales giran su atención hacia los mercados emergentes. Países como Arabia Saudita emiten deuda con fuerza gracias a su buena calificación crediticia. Incluso economías más frágiles han ganado credibilidad mediante reformas estructurales. El resultado: los diferenciales de riesgo frente a EE. UU. han caído a niveles no vistos desde antes de la gran crisis financiera. Un claro síntoma de que el apetito por riesgo está en auge.
Pero la pregunta es si este entusiasmo es sostenible. ¿O estamos repitiendo el viejo patrón donde la música suena, todos bailan, y nadie mira la salida de emergencia?
Si la inflación estadounidense repunta por efecto de los aranceles, la Fed podría verse obligada a mantener tipos altos durante más tiempo, lo que cambiaría radicalmente el entorno financiero. Los flujos de capital que hoy alimentan a los emergentes podrían revertirse rápidamente, dejando expuestos a los activos que parecían seguros.
Lecciones del pasado que no conviene olvidar
Los ciclos de complacencia prolongada han terminado mal antes. A comienzos de los 2000, culminaron en la explosión de la burbuja tecnológica. En 2007, el exceso de confianza en los modelos financieros fue el preludio de la gran crisis global. Lo que parece seguro, muchas veces no lo es, y los cisnes negros nunca avisan antes de llegar.
No se trata de abandonar el mercado, sino de mantener la perspectiva. La tendencia alcista sigue vigente, pero el contexto macroeconómico es mucho más incierto de lo que reflejan los precios. Si la Reserva Federal se encuentra de nuevo entre el martillo de la inflación y el yunque del empleo, las decisiones serán más complejas… y probablemente más dolorosas. Aunque el cuerpo pida seguir bailando, conviene no perder de vista la puerta. Porque incluso en las mejores fiestas, a veces lo más sensato es saber cuándo empezar a recoger.
— Alejandro de Luis
Editor de Hispatrading Magazine
Sobre el autor:
Alejandro de Luis ha trabajado como trader en diversas sociedades de valores y firmas de trading propietario, así como en áreas de negociación y análisis durante casi dos décadas. Es autor de varios libros de trading publicados en más de cinco países, y ha impartido conferencias y programas de especialización ante audiencias de más de 40 países, incluyendo estudiantes de prestigiosas universidades europeas.
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