Goolsbee, de la Reserva Federal, expresó su preocupación por las diversas presiones inflacionarias que afectan la capacidad de la Reserva Federal para alcanzar sus objetivos. Destacó la inestabilidad de Oriente Medio como un posible comodín que podría afectar negativamente a los precios del petróleo y el gas. Goolsbee enfatizó el importante papel de los costos de la vivienda y señaló que si la inflación de las viviendas se mantiene por encima de los niveles previos a la pandemia, podría obstaculizar el objetivo de la Reserva Federal de volver a las tasas de inflación objetivo. También indicó que si bien ha habido una tendencia general a la baja en la inflación desde los niveles máximos, las lecturas múltiples recientes siguen siendo más altas de lo deseado. Concluyó que Estados Unidos se enfrenta a un entorno complejo de "corrientes cruzadas", lo que sugiere que gestionar estos desafíos económicos requerirá un seguimiento cuidadoso y intervenciones potencialmente más activas si las métricas de inflación básica como el índice de Gastos de Consumo Personal (PCE) muestran tendencias desfavorables.
Las preocupaciones de los banqueros de la Reserva Federal también se reflejan en las fuertes ganancias recientes del dólar. Los catalizadores de los aumentos fueron, por supuesto, datos de inflación superiores a lo esperado, lo que provocó un cambio en las expectativas con respecto a los primeros recortes de tipos de interés. Además, las crecientes tensiones geopolíticas hacen que el capital huya de los activos de riesgo hacia el oro y el dólar. En el caso del primero, hoy vemos una alta volatilidad. En el caso del dólar, asistimos a tres sesiones seguidas de subidas dinámicas. El indice del ya ha superado los máximos de este año y se acerca a máximos de dos años en torno a 1,067.
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