Los mercados apuntan a sus máximos históricos descontando un escenario de aterrizaje suave, gracias en última instancia a los estímulos monetarios de los gobiernos y los bancos centrales. La economía crece, los datos del mercado laboral no son tan malos, y los resultados corporativos han sido en promedio mejores de lo esperado. Con estas circunstancias nos hacemos las siguientes preguntas:
- ¿Qué tres ideas de inversión podrían ayudarnos de cara a final de año?
- ¿Cómo terminará el Ibex 35 el año? ¿Cuál es nuestra acción a seguir?
- ¿Cuáles son los principales riesgos del mercado en estos momentos?
Europa
Aunque es cierto que la eurozona sigue mostrando algunos signos de debilidad, creemos que los recortes de tipos por parte del BCE y la evolución positiva de los resultados empresariales influenciarán positivamente en el comportamiento de los selectivos europeos.
Aunque el crecimiento del PIB se sostiene por las exportaciones, y los servicios que hasta ahora han compensando la caída en las manufacturas han empezado a mostrar síntomas de debilidad, las ventas minoristas, y la confianza del consumidor ha mejorado, el empleo se mantiene estable y vemos que las condiciones bancarias empiezan a relajarse. La caída constante en la inflación, por primera vez desde 2021 por debajo del 2% hará que los recortes de tipos por parte del BCE durante los próximos meses sean el punto clave que permitan al Viejo Continente despuntar respecto al resto de sus homólogos.
A nivel sectorial empresas financieras, de salud, consumo discrecional e industriales son los más representativos de la zona común, y deberían verse beneficiados ante políticas monetarias más expansivas. Otro de los puntos a favor de las empresas de Europa es su alta rentabilidad por dividendo que debería ganar atractivo ante la caída en la rentabilidad de los productos de ahorro. Esperamos que los beneficios por acción estimados sigan creciendo a un ritmo elevado, manteniendo valoraciones atractivas. El MSCI Europe P/E se sitúa en un múltiplo de 13,6 veces mientras su media en los últimos 35 años es de 14,3 veces. Estas valoraciones por debajo de su media lo vemos especialmente destacado en sectores como el financiero o el energético se encuentran cotizando a un fuerte descuento.
También esperamos que las últimas medidas de estímulo económico y fiscal por parte de China impulsen los beneficios de los sectores más dependientes en estos momentos de la salud económica del gigante asiático. La industria automovilística y el lujo se han disparado en los últimos días. Empresas como BMW generan alrededor del 25% de sus ingresos en China, mientras que en el caso del lujo, la francesa Hermes genera alrededor del 40%.
Aerolíneas
Es sin duda alguna uno de los sectores que más ha sufrido en los últimos años. La pandemia, las guerras y la subida en el precio del petróleo han sido algunos de los factores que limitaron el potencial de un sector imprescindible en la economía mundial y más concretamente en la española. España recibió más de 11 millones de viajeros aéreos internacionales en julio, un nuevo máximo histórico. Las compañías del sector han evolucionado bien en los últimos meses. El volumen de pasajeros supera los niveles anteriores a la pandemia y se espera un crecimiento de más del 10% en lo que queda de 2024 y un 8% en 2025.
El exceso de oferta de asientos durante los meses de verano provocó que los billetes fueran más bajos y que los márgenes se comprimieran, a pesar de que la demanda de viajes era fuerte. Al recortar ahora como está ocurriendo la capacidad, las aerolíneas pueden aumentar las tarifas sin ahuyentar a los clientes.
El combustible es uno de los mayores gastos de las aerolíneas, ya que representa entre el 20% y el 30% de sus costes totales. Después de un período de aumento de los precios del combustible, ahora estamos viendo un cierto alivio, lo que es una gran noticia para la industria aérea. El incremento de producción por parte de los países de la OPEP encabezado por Arabia Saudí, la caída en la demanda mundial, y la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales podrían ser argumentos suficientes para ver el barril de petróleo por debajo de los 60 dólares, siempre que el conflicto en Oriente Medio no escale a un mayor nivel.
Históricamente, las aerolíneas tienden a tener mejores resultados en otoño. Desde el año 2000, la segunda mitad del año ha sido típicamente la mitad más fuerte para las aerolíneas. La industria ha tenido mejores resultados que el S&P 500 en tres de los últimos seis meses del año, concretamente septiembre, octubre y noviembre. Si la historia sirve de guía, los inversores que inviertan ahora podrían ver algunos retornos atractivos para fin de año.
Las aerolíneas también están retirando aviones más viejos y menos eficientes y reemplazandolos con modelos más nuevos, que consuman menos gasolina y lo están haciendo mientras pagan su deuda, que ha ido reduciéndose en los últimos meses. Además han conseguido aumentar su flujo de caja en efectivo de manera consistente lo cual ha generado la vuelta al dividendo en las empresas del sector.
Las acciones de las aerolíneas se cotizan a una relación precio-beneficio atractiva en comparación con otros sectores y, dado el potencial de crecimiento de los beneficios en el cuarto trimestre y más allá, este podría ser un momento interesante para considerar la posibilidad de añadir aerolíneas a su cartera.
Los recortes de tipos son también un argumento sólido a favor del sector. Los consumidores podrían disfrutar de una mayor liquidez para viajar en los próximos meses, mientras que las aerolíneas mejorarán el margen neto, los costes de financiación y el alquiler de aviones que en estos momentos debido a los retrasos en las entregas han perjudicado a las compañías.
Plata
Los bonos y los índices han mostrado en los últimos años una mayor correlación de lo habitual, por lo que incorporar en nuestras carteras de inversión algunos activos alternativos como las materias primas, puede ayudarnos a reducir el riesgo. Dentro de las diferentes alternativas que tenemos la plata nos parece la mejor oportunidad que ofrece actualmente el mercado.
La demanda de plata ha crecido en el último año principalmente liderada por el sector de las energías renovables y fotovoltaico. El creciente cambio global hacia fuentes de energía renovables está impulsando su demanda, proyectándose que las empresas de paneles solares representan el 20% del consumo mundial de plata, en comparación con el 5% en 2014. Precisamente en las últimas semanas estamos asistiendo a una gran recuperación del sector debido a la expectativa de los próximos recortes de tipos, debido a sus altos niveles de endeudamiento y que permitiría fabricar nuevos proyectos, favoreciendo el consumo de plata.
Entre los principales efectos de este cambio en la política monetaria por parte de la FED consideramos que el dólar podría sufrir una corrección en su valor, mientras que los mercados podrían encontrar un nuevo catalizador que les ayude a romper de nuevo sus máximos históricos. La plata es de todas las materias primas la que más descorrelación ha mostrado con el dólar, cotizando también en una tendencia positiva con el alza de los mercados mundiales.
India, uno de los países que más crecimiento tendrá en los próximos años, ha roto su récord histórico de importaciones de plata, mientras que otros países clave también demandan una mayor cantidad. La mayor potencia mundial, EEUU, mejora en la industria de la joyería, en el caso de China, se debe al ascenso de la industria electrónica, mientras que la locomotora europea, Alemania, es en el sector automovilístico.
Los inversores suelen recurrir a los metales preciosos para proteger sus inversiones en tiempos de incertidumbre. Cuando las monedas tradicionales enfrentan desafíos y riesgos, activos como el oro y la plata destacan como una reserva de seguridad. Además la caída en la rentabilidad de los bonos ante el cambio de política monetaria de los bancos centrales podría favorecer su atractivo dado que ninguno de ellos pagan intereses.
El ratio oro/plata cotiza en estos momentos en niveles cercanos a 87 que históricamente ha reflejado que la plata pudiera estar infravalorada teniendo en cuenta que su media de los últimos 10 años es de 77.
¿Qué esperamos del Ibex 35?
Los recortes de tipos es uno de los argumentos positivos que encontramos en el selectivo nacional. Desde que el BCE decidió el pasado mes de junio recortar por primera vez los tipos de interés el Ibex 35 es el mejor selectivo de los grandes índices de europa con una rentabilidad total del 5,03%, sólo el Dax Alemán se acercaría ligeramente a estos términos mientras que el MIB italiano, el Eurostoxx y sobre todo el CAC Francés cotizan en negativo.
Las valoraciones siguen siendo bajas. El ratio precio beneficio se encuentra en estos momentos en 11,61 veces, moderadamente por debajo de los grandes índices salvo en el caso del MIB italiano. Además la rentabilidad por dividendo es también superior a la media, lo cual nos permite encontrar otro punto positivo de apoyo en los próximos meses puesto que los dividendos altos son estrategias muy positivas cuando los tipos de interés están bajando.
Creemos que alcanzar los 13.000 puntos es un objetivo realista. Mucho de ello dependerá del comportamiento del sector bancario. De momento esperamos que el incremento en la actividad general, el consumo, la demanda de crédito, el impulso de las fusiones y adquisiciones y un menor pago por los depósitos, compensen la caída en sus beneficios debido a la reducción en el margen de intereses. Vemos además que las dos grandes entidades financieras del país como son BBVA y Santander, podrían beneficiarse de la posible apreciación de las divisas emergentes gracias a la debilidad del dólar y los impulsos económicos en China.
Sectores que han tenido un comportamiento más errático en los últimos años como las inmobiliarias y las utilities, podrían aprovechar los recortes de tipos debido a sus altos dividendos y su elevada deuda. Mientras la empresa con mayor ponderación dentro del selectivo, Inditex, debería continuar su racha alcista.
Valor a seguir: Inditex
El gigante textil ha conseguido volver a crecer en ventas a doble dígito a tipo de cambio constante, es decir, sin el impacto de la divisa, lo cual ha conseguido aumentando sus márgenes, lo que demuestra que la empresa no ha tenido que bajar precios de manera agresiva para poder aumentar el volumen de ventas.
Nuestras perspectivas para el valor siguen siendo muy buenas. La compañía está inmersa en otra ola de inversiones para mejorar su modelo omnicanal, invirtiendo 900 millones de euros tanto en 2024 como en 2025. De esta manera se aumentará la capacidad logística, que es uno de los puntos fuertes de Inditex. Por otro lado, las nuevas aperturas requieren de una mayor inversión, debido al formato de tienda emblemática con espacios abiertos y mayores dimensiones, pero pensamos que es el modelo del futuro y la mejor forma de optimizar el espacio comercial. Pese a que en el corto plazo puede suponer un ligero deterioro de la generación de caja, estas inversiones son clave para mantener su ventaja competitiva frente a otros competidores, que aún no tienen su modelo online y físico 100% integrado.
Por otro lado, la empresa está desarrollando una serie de iniciativas en redes sociales que pensamos que le permitirán seguir expandiéndose en regiones donde su cuota de mercado es reducida. Esto puede verse tanto en Estados Unidos como en China, dos mercados que están comenzando a relajar su política monetaria, lo que también podría ayudar al aumento de la demanda.
¿Cuáles son los principales riesgos de final de año?
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Uno de los puntos críticos será la inflación. En los últimos meses hemos visto una tendencia a la baja claramente definida. Las materias primas energéticas ayudan a estas caídas, y las últimas noticias sobre el petróleo parece que podrían incluso facilitar que llegue al objetivo del 2% antes de lo previsto, algo que ya hemos visto en Europa. Sin embargo a finales de año podríamos revivir nuevas presiones al alza debido al efecto base comparativo, las subidas en los fletes, y las medidas de estímulo que podrían sobrecalentar las economías. La tensión geopolítica en Oriente Medio será un punto crítico.
- Las elecciones presidenciales serán cruciales en los mercados globales. Las agendas económicas de los candidatos difieren, prometiendo aumentar el apoyo a distintos sectores de la economía. Desde la perspectiva fiscal, las políticas de Trump parecen ser más beneficiosas para la economía y los mercados bursátiles, con la excepción de una posible guerra comercial. Por otro lado, las políticas fiscales de Kamala Harris probablemente se implementarían solo en caso de que ella gane y los demócratas tomen el control del Congreso. Las encuestas están muy reñidas pero los inversores se están decantando por incrementar sus posiciones para cubrirse ante un incremento de la volatilidad.
- Escenario de aterrizaje suave descontado por los mercados. La tasa de desempleo en Estados Unidos ha aumentado de forma constante últimamente, activando la regla Sahm, algo que ya ha ocurrido antes de las recesiones anteriores, mientras la creación de nuevos empleos en el último trimestre ha activado la voz de alerta en los inversores. La lectura de la confianza del consumidor, que representa casi el 70% de la economía estadounidense, registró la semana pasada su mayor caída intermensual en tres años. Con el crecimiento del PIB del 3% en el segundo trimestre confirmado la semana pasada, el crecimiento del PIB en la primera mitad de este año fue del 2,2%. Esto representa una caída respecto del 4% en la segunda mitad de 2023. Teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene un déficit fiscal de casi el 7% del PIB, conseguir un crecimiento del PIB del 3% puede no ser suficiente.
- Las valoraciones siguen siendo altas. El S&P 500 cotiza el ratio precio ventas a poco más de tres veces por segunda vez en su larga historia, algo que nunca alcanzó ni siquiera al final del boom de Internet. Y la última y única vez que la relación precio/ventas superó ese nivel fue justo antes de la caída del 33% del Nasdaq en 2022.
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