Resumen:
- La inflación general australiana se mantuvo moderada durante los tres meses hasta septiembre
- Hasta ahora, los minoristas no han logrado repercutir los costes más elevados en los consumidores
- El AUD más débil ya no es motor de la inflación, en parte debido a la feroz competencia; el significado cada vez menor de los sindicatos también puede haber desempeñado un papel.
El crecimiento de los precios en la economía australiana siguió siendo mediocre durante los tres meses hasta septiembre, lo que subraya la necesidad de que el Banco de la Reserva de Australia mantenga una política monetaria flexible. El IPC subió hasta el 1,7% desde el 1,6% anual, igualando la estimación de Bloomberg. Por otra parte, los indicadores de la presión sobre los precios básicos se mantuvieron sin cambios en el 1,6% en el caso de la media ajustada y en el 1,2% en el caso de la mediana ponderada. Ambas cifras estaban muy por debajo del objetivo de precios que perseguía el ritmo anual de inflación entre el 2% y el 3%.
Además, los precios negociables crecieron sólo un 1,2% con respecto al año anterior, otro resultado decepcionante dada la magnitud de la depreciación del dólar australiano que hemos visto últimamente. Recordemos que el dólar australiano ya se ha debilitado más del 15% desde principios del año pasado, aumentando notablemente el precio de las importaciones. No obstante, hasta ahora los minoristas no han logrado repercutir estos precios más elevados en los consumidores, quienes, a su vez, aún no han visto un crecimiento salarial más saludable (el ritmo actual está muy por debajo del que se registraba antes de la gran crisis financiera). Creemos que este fenómeno, presente no sólo allí, puede tener algo que ver con la fuerte competencia, así como con el significado cada vez menor de los sindicatos en la economía australiana. Estos últimos pueden haber reducido el poder de negociación de los empleados en las negociaciones salariales y, por lo tanto, ejercer presión a la baja sobre el crecimiento salarial en general. La evidencia empírica, resultante de nuestra investigación, confirmó este pensamiento en el caso de los Estados Unidos.
La debilidad del dólar australiano ha dejado de ejercer presión alcista sobre el crecimiento de los precios. Fuente: Bloomberg
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