Ahorrar dinero mes a mes suele asociarse con sacrificios y un empeoramiento de la satisfacción de vida, pero muchos de los costes del día a día pueden reducirse o, sencillamente, eliminarse sin tener que renunciar a unas vacaciones, un coche o un nuevo par de zapatos. La clave para ahorrar se encuentra en cumplir con un par de reglas y en reducir el consumo innecesario de bienes, una reducción que no solo puede tener un impacto positivo en tu cartera, sino también en todo el planeta. Al controlar tus gastos, puedes construir un colchón financiero capaz de proporcionarte cierta estabilidad económica. Además, este colchón evitará que seas completamente dependiente de tu trabajo o situación actual, lo que te permitirá negociar salarios más altos o incluso cambiar de empleo sin tener que preocuparte por tu liquidez o estabilidad económica.
Ahorrar no solo implica tener dinero extra, sino que es la llave para alcanzar la libertad e independencia financiera. Además, puede ayudarnos a entrar en el mundo de la inversión. En este artículo, te contaremos cómo puedes cambiar y mejorar tu economía personal para empezar a ahorrar dinero mes a mes. Siguiendo algunas normas y consejos, podrás conseguir tus objetivos financieros y asegurar un futuro más seguro tanto para ti o tu familia. ¡Adentrémonos juntos en el camino hacia la libertad financiera!
¿Por qué se ahorra dinero?
Ahorrar dinero significa no gastar parte de tu salario y guardarlo, ya sea en metálico o en otros activos líquidos fácilmente convertibles en efectivo como los bonos, depósitos o acciones. Las razones para ahorrar pueden ser muy variadas, pero para proceder con nuestro análisis las dividiremos en dos tipos:
- Internas (para cumplir unos principios, sueños u objetivos)
- Externas (para cubrir un gasto temporal o futuras obligaciones financieras)
Si analizamos estos dos tipos de razones para ahorrar dinero, podemos extraer lo siguiente:
- Si una persona ahorra por razones internas, probablemente le dé prioridad y lo haga de manera continua y durante un largo periodo de tiempo (en este caso, por ejemplo, puede priorizar el bienestar psicológico que le proporciona tener independencia financiera a los gastos superfluos que pueden surgir en el día a día). Al considerarlo como algo prioritario, esta persona irá aumentando poco a poco sus ahorros, por lo que podrá usarlos en el futuro.
- Si una persona no ahorra, probablemente se deba a que desconoce cómo hacerlo. Algunas personas creen que los ingresos que generan son demasiado bajos como para poder empezar ahorrar, pero en estos casos, normalmente, no dedican suficiente tiempo para analizar sus opciones. No solo eso: muchas veces también rechazan ahorrar porque consideran que los ahorros que van a poder conseguir mensualmente son demasiado bajos. Este enfoque es un grave error porque a largo plazo es posible generar una cantidad sustancial de ahorros, independientemente de las cantidades de las que se partan. Una persona que no tenga la necesidad interna de ahorrar es poco probable que tenga ahorros de cara a futuro.
La conclusión de este análisis es que, a pesar de que las razones internas para ahorrar dinero pueden variar dependiendo de la persona y de que no todo el mundo tiene esta necesidad, todas las personas pueden sufrir situaciones que se alejan de su control y que pueden afectar a sus finanzas. Por norma general, en estas situaciones las personas que no han ahorrado previamente tendrán que recurrir a un crédito, con sus consecuentes costes adicionales, o no serán capaces de sortear estos obstáculos.
A lo largo de la vida, es habitual enfrentarse a situaciones que requieren asumir nuevos costes. Algunas pueden ser accidentes fortuitos, mientras que otras se pueden prever con cierta anticipación, como la educación de los hijos, una boda o la jubilación. La reparación o sustitución del coche y las citas con el dentista son otros ejemplos de situaciones que también se pueden predecir. Por tanto, podemos concluir que ahorrar es beneficioso para todo el mundo y, especialmente, para aquellas personas que aún no han sentido la necesidad de ahorrar una parte de sus ingresos.
Ahorrar dinero te ayudará a conseguir:
- Tranquilidad mental
- Mayor independencia financiera
- Mayor sensación de seguridad
- Un futuro más seguro para ti y tu familia
- La posibilidad de asumir gastos inesperados sin necesidad de recurrir a créditos
- La posibilidad de disfrutar de una jubilación próspera y tranquila
Ahorrar dinero es solo uno de los muchos factores que conforman la estabilidad financiera. El dinero en efectivo a largo plazo no proporciona los mismos beneficios que el de una inversión exitosa a largo plazo o un aumento de los ingresos, pero ahorrar es fundamental para poder acometer estas inversiones.
¿Qué es un colchón financiero y cómo construirlo?
Seguro que te has encontrado alguna vez con el término “colchón financiero”. Básicamente, significa tener dinero disponible para cubrir las necesidades de la vida en caso de que se dejen de percibir ingresos. Su objetivo, en resumen, es garantizar un cierto nivel de vida en caso de perder el trabajo o de que ocurra una crisis.
Algunos estiman que un colchón financiero debe proporcionar seguridad financiera para cubrir, al menos, 12 meses de gastos, sin que esto afecte a la calidad de vida. Otros creen que con que cubra 6 meses es suficiente, mientras que los más extremistas creen que el colchón financiero debe ser capaz de cubrir los gastos durante al menos 24 meses sin percibir ningún tipo de ingreso.
Para calcular cuánto dinero debe tener un colchón financiero, es necesario conocer el coste de vida mensual de una persona o familia. En base a esta información, es posible estimar la cantidad que se necesita ahorrar para crear un colchón financiero capaz de sustentarnos en tiempos de necesidad. Si asumimos que los gastos mensuales de una familia de cuatro son de aproximadamente 11.000 euros, podemos concluir que la cantidad mínima que necesitaríamos para cubrir 6, 12 o 24 meses será de 70.000, 140.000 y 280.000 euros, respectivamente.
Normas básicas para construir un colchón financiero
Como norma principal, el dinero destinado al colchón financiero no debe gastarse si no existe ninguna necesidad por cubrir. Recuerda que este dinero representa el “fondo de emergencias”.
El dinero del colchón financiero no debe formar parte de activos flotantes como acciones, fondos mutuos, criptomonedas o ETFs. El valor de tu colchón financiero debe ser estable.
De igual manera, el dinero de un colchón financiero tampoco debe formar parte de activos líquidos, como inmuebles, relojes, artículos de arte u otras piezas de coleccionista. Vender estos activos requiere tiempo y, si necesitas recurrir al dinero con urgencia, hay una alta probabilidad de que los vendas a precios más bajos de los deseables.
La liquidez y el fácil acceso a los fondos es crucial para tener un buen colchón financiero. El dinero que conforme este colchón debe estar disponible en la moneda nacional o en una cesta de monedas extranjeras. Alternativamente, también puede estar incluido en bonos del tesoro fácilmente negociables para retener su valor adquisitivo con el paso del tiempo.
10 hábitos financieros que pueden ayudarnos a ahorrar dinero
Para ahorrar dinero a lo largo de nuestra vida, es imprescindible desarrollar ciertos hábitos que nos ayudarán a asumir este proceso con mayor facilidad. Estos hábitos pueden ser de ayuda para ahorrar grandes cantidades o alcanzar la libertad financiera con mayor rapidez. Además, pueden aplicarse sin hacer grandes sacrificios o disminuir significativamente nuestro nivel de vida. Estos son 10 ejemplos de hábitos de gran utilidad:
- Analiza detenidamente tu situación financiera. Conoce cuáles son tus ingresos finales tras eliminar el importe que debes asumir por gastos fijos y otros pasivos relacionados con tu nómina. Esto te permitirá saber cuál es la cantidad de efectivo que debes ahorrar cada mes.
- Planea tus gastos y anticípate a posibles imprevistos. Si no tienes un presupuesto, la vida te dará más sorpresas. Ahorra una parte de tus ingresos para cubrir tus necesidades en caso de que el coste de vida se incremente y prepárate para posibles imprevistos reservando una parte de tus salarios en tu plan de ahorro.
- Anota y analiza tus gastos como mínimo una vez al mes. En el siglo XXI, las aplicaciones pueden ser de gran utilidad a la hora de llevar un control sobre nuestros gastos. Además, muchos bancos e instituciones ofrecen una descripción detallada sobre los gastos mensuales que podemos analizar para conocer nuestros hábitos de consumo y descubrir posibles oportunidades de ahorro.
- Evita las compras innecesarias. Comprar bajo la influencia de las emociones puede afectar a nuestros objetivos de ahorro mensuales, así que evítalo y no compres en exceso. Comprar “cosas bonitas” por un impulso no te proporcionará beneficios tangibles y no te hará feliz a largo plazo, ya que irá vaciando tu cartera.
- No te dejes engañar por los descuentos. Que un producto esté rebajado a un 50% u 80% no implica que tengas que comprarlo. El gasto sigue siendo un gasto, incluso cuando está rebajado a un 90%. Además, comprar artículos que pierden al menos la mitad de su valor en el propio día de la compra no te ayudará a alcanzar la libertad financiera antes, así que piensa bien si realmente los necesitas.
- No descartes los artículos de segunda mano. Comprar productos de segunda mano no solo te permitirá ahorrar dinero, sino también ayudar al planeta. Si realmente necesitas comprar algo, pregúntate: ¿merece la pena pagar el doble por tener un artículo nuevo?
- Intenta aumentar tus ingresos. Ahorrar es el primer paso para alcanzar la independencia financiera, pero aumentar tus ingresos puede marcar la diferencia a la hora de cambiar tu situación económica. No temas pedir aumentos de sueldo si crees que mereces uno. Si ya has aprovechado todas las oportunidades de un trabajo, ¿tal vez sea un buen momento para buscar uno nuevo? Aumenta tus habilidades y conocimientos para que los empleadores premien tu trabajo.
- Edúcate en materia de inversión. Ahorrar dinero es la base para conseguir libertad financiera, pero si has conseguido ahorrar suficiente y construir un buen colchón, probablemente empieces a buscar cómo puedes mejorar el valor de tu dinero con el paso del tiempo. Aprender sobre el mercado financiero y sobre instrumentos como acciones, ETFs, fondos mutuos o inversiones en metales preciosos o propiedades puede ser de ayuda de cara a lograr tus objetivos.
- No te desanimes. La clave del éxito está en la consistencia. Si ahorras un 5% de tu salario y tras un par de meses decides que no merece la pena, probablemente te gastes todos los ahorros en productos innecesarios que no aumentarán tu nivel de vida o satisfacción. Por el contrario, si ahorras un 5% de tu salario durante 30 o 40 años, podrás disfrutar de una vida mucho más tranquila.
- No te excedas ni castigues. La clave para ser consistente radica en que ser paciente con uno mismo. Si ocurre un imprevisto que te impide ahorrar durante un mes o un año tanto como hubieras querido, no te preocupes. No puedes controlar el tiempo y los accidentes le ocurren a todo el mundo. Además, cabe la posibilidad de que el año que viene puedas ahorrar más que el doble de lo que pretendías ahorrar en este periodo de tiempo en el que no has conseguido ahorrar nada. Recuerda en todo momento que tu objetivo es a largo plazo: un mal año puede superarse.
A la hora de ahorrar, ten en cuenta que las tarjetas de crédito son desaconsejables y que puedes ahorrar mucho dinero si no pagas intereses derivados de su uso. En este camino, recuerda que existen métodos que pueden ayudarte a ahorrar de forma rápida, pero ten en cuenta que tus objetivos deben ser realistas. Aunque los objetivos de ahorro no juegan un papel tan decisivo como la propia motivación para seguir en este camino, sí pueden ser de ayuda. Ahorrar durante años o décadas y esperar resultados a largo plazo puede ser una forma eficiente de ahorrar dinero. ¿Y qué ocurre con los anticipos o adelantos de dinero? Para mantenerte motivado, es recomendable cobrar cuando el trabajo ya esté realizado, no antes.
Consejos para ahorrar dinero
Para alcanzar el éxito a la hora de ahorrar, es imprescindible tener paciencia y ser consistente. Muchas de las decisiones que se toman en la vida dependen del éxito de haber ahorrado previamente. Esto incluye la habilidad para sobrellevar con éxito una crisis económica, la pérdida del trabajo, una enfermedad o la ruptura de un coche. Aunque puedes llegar a pensar que estas situaciones no son habituales, la historia nos ha demostrado que sí ocurren con cierta frecuencia. Además, tus planes de futuro o la carrera educacional de tus hijos también pueden verse afectados por tu capacidad para ahorrar, por lo que merece la pena protegerse a uno mismo. Estos seis consejos te ayudarán a ahorrar dinero y a cuidar de tu futuro y calidad de vida.
- Establece objetivos concretos. Esto hará que sea más fácil que cambies tus hábitos para conseguir los resultados que buscas. Recuerda que tus objetivos deben motivarte, así que no pienses en arreglar tu coche o en que vas a perder tu trabajo y, en su lugar, piensa en todos esos sueños que podrías cumplir si consigues ahorrar suficiente. Piensa en lugares que te gustaría visitar, en seres queridos a los que te gustaría ayudar o en la posibilidad de vivir una jubilación tranquila y satisfactoria. En este marco, recuerda que al menos tus objetivos a corto plazo deben ser realistas y alcanzables: así encontrarás cierta satisfacción que podrá motivarte a seguir ahorrando.
- Crea un presupuesto para los costes del hogar. Si estás soltero, no te compliques. Si no, revisa tus finanzas de la mano de tu pareja. Aunque el análisis sea genérico, podrás encontrar oportunidades de ahorro, puntos débiles y aspectos donde se necesita mejorar. Este paso es muy importante y puedes emplear tanto medios tradicionales (un bolígrafo y un papel) como programas y aplicaciones para llevarlo a cabo. Recuerda que también puedes modificar este presupuesto de forma regular: si los bancos lo hacen, ¿por qué no puedes hacerlo tú?
- Controla los gastos. Analizar tu presupuesto debe tener consecuencias que, generalmente, se traducen en una reducción de gastos. Por ejemplo, en suscripciones a determinados servicios, en el propio carro de la compra, en las comidas fuera de casa, en transporte o en artículos de moda.
- Paga tus deudas. Ya sean los intereses de una tarjeta de crédito o alguna obligación que puedas cubrir con tus ingresos, paga tus deudas sin pensar en ello. Mantenerlas generará mayores costes y preocupaciones. Si tus deudas son mayores que tus ingresos, prioriza su pago por encima de empezar a ahorrar. Por supuesto, si tienes una hipoteca, no necesitas pagar de más para liquidarla con antelación: basta con que incluyas este gasto en el presupuesto del hogar, aunque ten en cuenta que cuanto antes la pagues, mejor. Por otro lado, si tienes el dinero suficiente como para amortizarla anticipadamente, no dudes en hacerlo.
- Planifica tus gastos. Gracias a las nuevas tecnologías, ya no tienes que crear calendarios con los siguientes pagos que debes realizar. Al contrario, ahora puedes utilizar programas y aplicaciones bancarias para realizar transferencias tanto a otras personas como a tu propia cuenta de ahorro de manera automática. De este modo, ahorrarás tiempo y evitarás despistes con tus pagos.
- Diversifica tus fuentes de ingresos. Si dispones de tiempo libre, puede ser una buena idea empezar a buscar nuevas formas con las que percibir dinero. Si estás interesado en mantener tu nivel de vida actual, los ingresos que puedes recibir, por ejemplo, por un trabajo adicional puedes usarlos simplemente para ahorrar. Gracias a las posibilidades del teletrabajo, un empleo adicional no tiene por qué implicar desplazarse o salir de casa.
No es cierto que solo las personas con pocos ingresos tienen problemas para ahorrar dinero. Al contrario, estos problemas afectan también a quienes tienen grandes ingresos. La habilidad para ahorrar depende más de factores psicológicos que financieros. Generalmente, cuando una persona se siente satisfecha con su vida y se mueve en un entorno funcional, suele tener mayores facilidades para abordar este proceso, mientras que las personas que se sienten insatisfechas suelen intentar compensar estos sentimientos con nuevas adquisiciones. Si las compras compulsivas se convierten en un hábito recurrente, no temas en contactar con un psicólogo, que podrá ayudarte con una terapia personalizada. Las compras compulsivas son un problema que no debe subestimarse.
Libertad financiera e inversión
A la hora de ahorrar dinero, podemos concluir que a largo plazo no resulta rentable mantener nuestro efectivo en una cuenta bancaria. ¿El motivo? La pérdida de poder adquisitivo que experimenta el propio dinero a raíz de la inflación. Esto significa que actualmente puedes comprar muchos más artículos con 1.000 euros que los que podrás comprar con ese mismo dinero en los próximos cinco, diez o veinte años. Partiendo de esta base, ¿qué conclusiones podemos extraer?
Un aspecto fundamental a la hora de ahorrar es la educación financiera, ya que te permitirá extraer tus propias conclusiones sobre tu futuro y tus inversiones. Los bonos del tesoro pueden proteger tu capital de las subidas de precios y ofrecerte una pequeña rentabilidad por encima de la inflación, por lo que pueden ser un activo adecuado para la parte defensiva cartera de inversión.
Una vez hayas creado tu colchón financiero, puedes valorar los riesgos de inversión que estarías dispuesto a asumir para intentar conseguir un retorno de la inversión que se sitúe por encima de la inflación. Eso sí, recuerda que los riesgos que asumas deberán reducirse a medida que te acerques a la edad de jubilación.
En la parte más agresiva de tu cartera de inversión, puedes incluir no solo propiedades o metales preciosos, sino también ETFs o acciones. Históricamente, las acciones y los fondos indexados que monitorizan índices de acciones como el S&P 500 o el Nasdaq 100 han proporcionado retornos de la inversión muy sustanciosos. Antes de adentrarte en este mundo, eso sí, deberás tener en cuenta que los datos históricos no tienen por qué repetirse y que el mercado bursátil conlleva riesgos que deben considerarse antes de empezar a invertir.
Las cuentas de ahorro juegan un papel clave de cara a alcanzar la libertad financiera, pero ahorrar dinero no implica que su valor se mantendrá intacto con el paso del tiempo. Las acciones y ETFs, por su parte, son activos líquidos que ofrecen una amplia variedad de oportunidades de inversión. No obstante, también son instrumentos volátiles, por lo que es importante analizar si podemos soportar pérdidas de capital mientras esperamos un retorno de la inversión. Recuerda que la educación financiera es clave en el proceso de ahorrar dinero y que podrá ayudarte no solo a acometer posibles inversiones, sino también a controlar tus gastos e ingresos.
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