¿Cómo crear un presupuesto personal?

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Imagen de una calculadora en un artículo sobre cómo crear un presupuesto personal

Un presupuesto personal es un plan financiero que detalla los ingresos y gastos previstos en un período determinado y que resulta de gran ayuda de cara a ahorrar. En este artículo, te contamos qué métodos podemos seguir para diseñarlo.

Un presupuesto personal es una herramienta financiera con la que podemos controlar nuestros gastos e ingresos para gestionar correctamente nuestro dinero y alcanzar nuestros objetivos económicos. En este artículo, te contamos qué es exactamente un presupuesto personal, para qué sirve y qué métodos podemos seguir para organizarlo.

¿Qué es un presupuesto personal y para qué sirve? 

Un presupuesto personal es un plan financiero que detalla los ingresos y gastos previstos en un período determinado. Normalmente, suele ser mensual, aunque hay quien lo estructura con mayor perspectiva de tiempo. Su propósito es dar una visión clara de nuestra situación financiera y sirve para: 

  • Controlar el gasto y reducir desembolsos innecesarios. 
  • Planificar el ahorro y destinar fondos para metas concretas (inversiones, emergencias, ocio…). 
  • Tomar decisiones informadas y evaluar la viabilidad de ciertas compras o inversiones futuras. 
  • Prevenir el endeudamiento por gastos que superen los ingresos disponibles. 

Para los inversores, disponer de un presupuesto personal eficiente es de gran importancia, especialmente de cara a determinar qué capital pueden dedicar a los diferentes instrumentos financieros sin comprometer su estabilidad económica. 

Imagen de un hombre haciendo cálculos en un artículo sobre cómo crear un presupuesto personal
 

Métodos para organizar tu presupuesto 

Existen varios métodos que pueden ayudarnos a elaborar nuestro presupuesto personal. Estos son algunos de los más populares: 

Método 50/30/20 

La conocida como ​regla 50/30/20 propone dividir los ingresos netos mensuales en tres categorías según los tres porcentajes que dan nombre al método. Esto es: 

  • 50% para necesidades: gastos básicos como vivienda, alimentación o transporte. 
  • 30% para deseos: gastos discrecionales como ocio, viajes y hobbies. 
  • 20% para ahorro e inversiones: fondos destinados al ahorro, a inversiones o al pago de deudas. 

Este enfoque ayuda a equilibrar las obligaciones financieras con el disfrute personal y la planificación futura. También puedes ajustar cada porcentaje a tu economía y situación. 

Método de sobres 

Este modelo consiste en asignar una cantidad concreta de dinero a diferentes categorías de gasto, pero utilizando sobres físicos o digitales. Una vez que el dinero de un sobre se agota, no se debe gastar más en esa categoría hasta el próximo período. Este método de sobres fomenta la disciplina y el control del gasto. 

Método de asignación de cada euro 

Este sistema se basa en asignar un fin específico a cada euro ingresado, asegurando que todos los ingresos sean distribuidos de forma eficiente entre necesidades, ahorros, inversiones y otros gastos. Su filosofía es que cada euro tiene una función puntual, para no caer en gastos impulsivos. 

Método Kakebo 

Originario de Japón, este modelo se basa en llevar un registro minucioso de los ingresos y los gastos en un cuaderno de contabilidad. Su enfoque promueve la reflexión sobre los hábitos financieros y fomenta un consumo más consciente. 

Imagen de una calculadora y una libreta en un artículo sobre cómo crear un presupuesto personal
 

Pasos para elaborar un presupuesto personal

Independientemente del método que se elija, para diseñar un presupuesto personal es recomendable seguir una serie de pasos:

  • Identifica tus ingresos. El primer paso consiste en sumar todos los ingresos que percibimos, incluyendo tanto aquellos que provienen de nuestra nómina como los que podamos recibir por cualquier otra fuente, como puede ser un alquiler o los intereses de nuestras inversiones. Para que el presupuesto sea realista, los ingresos que debemos tomar en cuenta deben ser netos, es decir, debemos sumar el dinero que percibimos en cuenta tras descontar los impuestos y retenciones.
  • Revisa y analiza tus gastos. Tras haber cuantificado los ingresos, lo siguiente que deberemos hacer será determinar en qué nos los gastamos. Para ello, es recomendable hacer un seguimiento de los gastos que hemos tenido a lo largo del último año. Una vez hayamos identificado nuestros gastos, llegará el momento de clasificarlos en dos variables: los gastos fijos, es decir, aquellos que pagamos todos los meses, como el seguro del coche, la hipoteca o las facturas; y los gastos variables, es decir, aquellos cuya cuantía cambia, como pueden ser las comidas fuera de casa, los gastos en ropa o en ocio. A la hora de clasificar los gastos, además, es recomendable segmentar entre aquellos gastos básicos o esenciales, imprescindibles para cubrir nuestras necesidades básicas, y aquellos gastos discrecionales o prescindibles, que van más ligados a nuestros deseos, de cara a identificar las partidas en las que podríamos hacer algunos ajustes para ahorrar más. 
  • Establece un objetivo realista. Una vez hayamos identificado nuestros gastos e ingresos, llegará el momento de fijarnos nuestras metas financieras. Estas metas deberán ser realistas y moverse acorde a nuestra situación económica para evitar posibles frustraciones que puedan hacernos abandonar. En este sentido, se recomienda fijarse objetivos a corto plazo, que podamos alcanzar en el transcurso de un máximo de tres años, como puede ser ahorrar para un viaje, y objetivos a largo plazo, como ahorrar para la entrada de una casa o la jubilación.
  • Elige un método para organizar tu presupuesto. Tras habernos fijado un objetivo financiero, tendremos que elaborar, finalmente, nuestro presupuesto, teniendo en cuenta tanto nuestros gastos e ingresos como nuestras metas. En este caso, es recomendable emplear algún método de ahorro, como pueden ser la regla del 50/30/20 o la regla de los sobres, ya que nos ayudará a clasificar mejor nuestros ingresos. 
  • Revisa y corrige. Para que nuestro presupuesto siga siendo realista, deberemos revisarlo de forma periódica, a fin de ajustarlo a los cambios que puedan darse en nuestra vida. Si contraemos deudas, nuestros ingresos aumentan o nuestros gastos se reducen, será necesario adaptar nuestro plan presupuestario para que podamos alcanzar nuestros objetivos sin impactar negativamente en nuestra salud financiera.

Consejos para mantener el presupuesto y evitar errores 

Mantener nuestro presupuesto a lo largo del tiempo es uno de los grandes retos a los que debemos enfrentarnos cuando queremos ahorrar. Aunque en un primer momento nuestra estrategia de ahorro puede ser efectiva, los cambios imprevistos pueden hacer que nuestro plan ya no encaje con nuestros objetivos o nivel de vida. Para evitar que estas situaciones echen por tierra nuestro plan de ahorro, hay ciertos consejos que podemos aplicar:

  • Revisar el presupuesto regularmente. Es aconsejable evaluar el presupuesto al menos una vez al mes. De esta manera, se asegura que se está cumpliendo y se pueden hacer los ajustes correspondientes, si es necesario. 
  • Ser realista. Hay que establecer unas metas alcanzables y no subestimar los gastos. 
  • Evitar gastos impulsivos. Antes de hacer una compra no planificada, un buen truco es esperar 24 horas para valorar si es realmente necesaria. 
  • Crear un fondo de emergencia. Consiste en destinar una parte de los ingresos a un fondo para imprevistos. Así, se evitan desajustes en el presupuesto ante situaciones inesperadas. 
  • Automatizar el ahorro e inversiones. Configurar transferencias automáticas a cuentas de ahorro o inversiones al inicio del mes aleja la tentación de gastar esos fondos. 
  • Revisar suscripciones y gastos recurrentes. Identificar y eliminar servicios innecesarios, como suscripciones digitales o membresías que no se utilizan. 
  • Priorizar el pago de deudas. Si hay préstamos o tarjetas de crédito pendientes, diseñar una estrategia de amortización acelerada reduce el pago de intereses a largo plazo. 
  • Ajustar el presupuesto según la situación económica. Si los ingresos crecen o disminuyen, hay que equilibrar el presupuesto. 
  • Utilizar herramientas de seguimiento. Hay aplicaciones móviles u hojas de cálculo que son de gran ayuda para hacer un seguimiento de los gastos en tiempo real. 

Elaborar y mantener un presupuesto personal es una práctica básica para todo inversor que quiera alcanzar sus objetivos y asegurar su estabilidad. Un control detallado de los ingresos y gastos ayuda a encontrar oportunidades de ahorro, optimizar inversiones y no correr riesgos financieros innecesarios. 

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