¿Qué es y cómo calcular el coste de oportunidad?

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Imagen de filas de bloques en un artículo sobre qué es el coste de oportunidad

El coste de oportunidad es un término que hace referencia al valor de lo que renunciamos cuando tomamos una decisión y que puede ser de gran ayuda de cara a desarrollar nuestras estrategias de inversión. En este artículo, te contamos qué es y cómo se calcula.

Tanto los inversores principiantes como los más experimentados se enfrentan a decisiones constantemente: destinar el ahorro a un depósito o a una acción, emplear horas en formación o trabajar… Pero, como en la vida, cada elección conlleva una renuncia, y es aquí donde entra un concepto fundamental: el coste de oportunidad. Pero ¿qué es exactamente? En este artículo, te contamos qué es el coste de oportunidad, cómo se calcula y por qué es tan importante a la hora de desarrollar nuestra estrategia de inversión.

¿Qué es el coste de oportunidad?

El coste de oportunidad es un concepto que hace referencia al valor de lo que renunciamos cuando tomamos una decisión. En el ámbito económico, este término, también conocido como coste alternativo, representa aquello que se sacrifica al elegir una opción frente a otra. O lo que es lo mismo: el valor de todo aquello que perdemos al hacer una elección, incluyendo todos los beneficios que hubiéramos obtenido de haber apostado por esa otra alternativa.

Este concepto tiene sus orígenes en 1914, año en el que el economista y sociólogo austríaco Friedrich von Wieser lo introdujo en su obra ‘Teoría de la Economía Social’, y resulta especialmente relevante dentro del ámbito empresarial, donde puede ayudar a empresarios y emprendedores a valorar el coste real de sus decisiones más allá del gasto monetario.

Imagen de billetes en un artículo sobre qué es el coste de oportunidad
 

Tipos de coste de oportunidad

Dentro del mundo de las finanzas, el coste de oportunidad se puede clasificar en dos tipos: el constante y el creciente.

  • Coste de oportunidad constante: es aquel que relaciona los costes con el número de bienes y servicios. Como su propio nombre indica, este no se ve afectado por el número de bienes o servicios producidos, sino que permanece estable, de tal forma que no es necesario aumentar los recursos o gastos para producir en mayor cantidad.
  • Coste de oportunidad creciente: conocido también como ley de coste de oportunidad creciente, es aquel que se incrementa cuando se produce una mayor cantidad de productos o servicios.

Más allá de esta distinción, también se puede distinguir, a nivel puramente económico o monetario, entre dos alternativas:  

  • Coste de oportunidad explícito: es aquel que representa el coste en términos monetarios.
  • Coste de oportunidad implícito: es aquel que representa el coste en términos intangibles, es decir, sin implicar una transacción monetaria.

¿Cómo se calcula el coste de oportunidad?

El coste de oportunidad relaciona el valor de la opción elegida con el valor de la mejor alternativa descartada. Este concepto puede calcularse para cada decisión, aplicando la siguiente fórmula: 

Coste de oportunidad = valor de la mejor alternativa - valor de la opción elegida 

En función del resultado obtenido, podemos estar ante tres supuestos distintos: 

  • Si es positivo, significa que la alternativa no elegida generaría más rentabilidad o valor.
  • Si es cero, ambas opciones rinden lo mismo. 
  • Si es negativo, la decisión adoptada fue la mejor. 

Para calcular el coste de oportunidad de una decisión correctamente, no obstante, lo primero que deberemos hacer es identificar todas las alternativas posibles, siendo imperativo que haya, al menos, dos. Una vez hayamos detectado todas las alternativas, deberemos estimar el valor o rendimiento de cada una, ya sea en términos monetarios, de tiempo, etcétera. Tras esto, podremos aplicar la fórmula e interpretar el resultado obtenido. 

Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos que un inversor está evaluando dos opciones: 

  • Opción A: invertir 10.000 € en bonos al 3 % anual → 300  euros.
  • Opción B: invertir en bolsa al 7 % anual → 700 euros.

En este caso, habría que restarle a esos 700 euros los 300 euros de la primera opción. Si elige la opción A, por tanto, renunciaría a un beneficio potencial de 400 euros.

Imagen de billetes y unas fichas en las que se lee la palabra 'spend' en un artículo sobre qué es el coste de oportunidad
 

Coste de oportunidad en finanzas y decisiones personales 

Aunque el coste de oportunidad tiene un gran peso en el entorno laboral, ya que ayuda a los empresarios a evaluar su toma de decisiones, este concepto también resulta de interés para los inversores, dado que puede influir en varios aspectos clave a la hora de operar en los mercados bursátiles: 

  • Objetivos: hay que saber qué sacrificios se está dispuesto a asumir. 
  • Diversificación: elegir una cartera entre múltiples opciones, analizando la rentabilidad frente a los riesgos
  • Asignación: es decir, distribuir fondos entre activos según el coste de oportunidad. 
  • Estrategias: se compara lo que rinden diferentes clases de activos entre sí. 

Además, este concepto también puede aplicarse a las propias decisiones personales, donde también podemos valorar el coste, si bien no monetario, de las distintas alternativas a las que nos enfrentamos: 

  • En la formación o el trabajo: hay que valorar el estilo de vida que se desea, así como los ingresos presentes y futuros. 
  • En el ocio y descanso: a veces el coste emocional o energético supera a la ganancia financiera. 
  • En el consumo y el ahorro: elegir entre gastar o ahorrar implica un coste de oportunidad, ya que al decantarse por una opción se descarta la otra.

¿Cuáles son las ventajas y limitaciones del coste de oportunidad?

El coste de oportunidad es un concepto que puede aplicarse tanto a nivel empresarial como a nivel individual, ya sea para invertir o para tomar una decisión relacionada con otros aspectos personales. Este concepto puede aportar varias ventajas, entre las que destacan:

  • Optimización de la toma de decisiones: al analizar cada decisión según datos objetivos, la probabilidad de que esta sea más beneficiosa resulta mayor.
  • Evita tomar decisiones arriesgadas: al detenernos a analizar y comparar distintas alternativas, evitamos tomar una decisión de forma impulsiva, en función de nuestros sentimientos. 
  • Busca aumentar el retorno de la inversión: al comparar el valor de distintas alternativas, nos ayuda a elegir las opciones que, a priori, deberían ser más rentables.
  • Clarifica prioridades: calcular el coste de oportunidad de cada decisión puede ayudarnos a organizar nuestras preferencias, apostando por aquellas que deberían ser más rentables. 
Imagen de billetes en un artículo sobre qué es el coste de oportunidad
 

Aun así, y pese a las ventajas y aplicaciones que tiene, el coste de oportunidad también presenta ciertas limitaciones, entre las que se encuentran: 

  • Proyección inexacta del valor futuro. Especular con rentabilidades inciertas puede conducir a errores. 
  • Ignorar la incertidumbre y el riesgo. Comparar números puros sin evaluar la volatilidad es arriesgado.
  • Visión demasiado cuantitativa. No todo se mide en euros; hay factores cualitativos como la calidad de vida o el entorno y el contexto que también influyen. 
  • Foco en el corto plazo. Una opción puede parecer menos rentable a corto plazo, pero muy superior a medio o largo plazo. 
  • Sobrecarga decisional. Esto es que el “síndrome de la decisión perfecta” puede paralizar al inversor. 

De cara a aplicar este concepto, por tanto, es recomendable acompañar el análisis cuantitativo y el cálculo del coste de oportunidad con una visión estratégica que se ajuste a nuestro perfil y necesidades.

Cómo integrar el coste de oportunidad en tu estrategia de inversión 

El coste de oportunidad puede ayudar a los inversores a mejorar su toma de decisiones. Para ello, es recomendable: 

  • Define claramente los objetivos y horizonte temporal. 
  • Haz un inventario de alternativas (depósitos, fondos, acciones, ahorro…). 
  • Asigna estimaciones realistas de rentabilidad, riesgo y costes. 
  • Haz el cálculo y analiza los resultados. 
  • Adecúa tu cartera según tu tolerancia al riesgo y el coste estimado. 
  • Revisa periódicamente, ya que el escenario económico varía y las oportunidades también. 

El coste de oportunidad es un indicador con multitud de aplicaciones. Aprender a calcularlo, sus ventajas y limitaciones nos ayudará a mejorar nuestra toma de decisiones y a impulsar nuestras estrategias de inversión. 

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