¿Qué son los depósitos bancarios?

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Imagen de una hucha de cerdito en un artículo sobre qué son los depósitos bancarios

Los depósitos bancarios son productos de ahorro por los que los usuarios depositan dinero durante un plazo determinado en una entidad financiera a cambio del pago de intereses. Estos productos son uno de los instrumentos  más contratados del mercado y una de las principales fuentes de financiación de los bancos. En este artículo, te contamos qué son y cómo funcionan los depósitos bancarios. 

Los depósitos bancarios son uno de los instrumentos financieros más populares del mercado y una de las principales fuentes de financiación de los bancos españoles. Según Funcas, estos instrumentos representan un 72% del pasivo total de las entidades financieras de España, una cifra que pone de manifiesto la importancia que juegan en el actual sistema económico. Además, según este mismo organismo, estos productos han visto cómo su contratación se disparaba a raíz de la pandemia, llegando a alcanzar un máximo de 2,22 billones de dólares en julio de 2022. Pero ¿qué son y qué hace a los depósitos bancarios tan atractivos?

¿Qué son los depósitos bancarios?

Los depósitos bancarios son productos de ahorro por los que los usuarios depositan dinero durante un plazo determinado en una entidad financiera a cambio del pago de una serie de intereses. Estos productos ofrecen a los usuarios la posibilidad de guardar su dinero a cambio de una rentabilidad, la cual variará en función de la cantidad depositada, el tiempo que permanezca en el banco y el tipo de interés nominal o TIN pactado previamente. 

Los depósitos bancarios son una de las fórmulas de ahorro más populares y seguras del mercado financiero. Estos instrumentos, que ofrecen la mayor parte de las entidades bancarias del país, están respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), un organismo que cubre hasta 100.000 euros por titular y entidad en caso de quiebra bancaria, lo que ayuda a minimizar posibles pérdidas. Desde el punto de vista del inversor, además, se posicionan como un producto de interés a la hora de diversificar carteras, especialmente para aquellos inversores que no quieran asumir grandes riesgos, ya que los beneficios que se obtendrán con ellos se saben de antemano. No obstante, al ser un producto de ahorro, su rentabilidad resulta menos interesante que la que ofrecerían otros instrumentos más enfocados en la inversión que ofrecen un mayor nivel de riesgo, como pueden ser las acciones

Imagen de monedas en un artículo sobre qué son los depósitos bancarios
 

¿Cómo funcionan los depósitos bancarios?

El funcionamiento de un depósito bancario es muy sencillo. De hecho, puede resumirse en tres pasos: 

  • Apertura del depósito. El cliente acuerda un plazo y un tipo de interés con el banco para guardar su dinero. 
  • Custodia del dinero. Durante el periodo pactado, el banco utiliza los fondos depositados para financiar actividades propias, como préstamos. 
  • Pago de intereses. Al vencer el plazo, el cliente recibe los intereses generados, junto con su capital inicial. 

Al contratar un depósito bancario, los usuarios están prestando su dinero al banco durante un tiempo predeterminado. A cambio, la entidad se compromete a devolver el importe prestado más una serie de intereses pactados previamente. Estos intereses varían en función del tipo de interés firmado, el capital prestado y el tiempo en el que el dinero permanece en las arcas del banco, y pueden calcularse siguiendo la siguiente fórmula:

Intereses = Capital × Tasa de interés × Tiempo 

Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos que un usuario deposita 15.000 euros en un depósito a plazo fijo al 3% anual durante tres años. Con estas cifras, y siguiendo la fórmula, obtenemos: 

Intereses = 15.000 € × 0,03 × 3 = 1.350 € 

Por tanto, al final del periodo de tres años, el inversor habrá ganado 1.350 euros solo en concepto de intereses. No obstante, a la hora de calcular la rentabilidad que obtendríamos con nuestro depósito, se deben tener en cuenta los gastos o comisiones que estos productos pueden llevar asociados, y que pueden reducir el importe de nuestros beneficios. Es decir: debemos revisar la TAE (Tasa Anual Equivalente) del producto, ya que en ella aparecerán recogidos todos estos conceptos.

Tipos de depósitos bancarios 

Dentro del mercado de depósitos, se pueden encontrar distintos tipos de productos, cada uno con unas características propias que conviene conocer de cara a elegir el que mejor se adapte a nuestros objetivos.

Depósitos a plazo fijo 

Los depósitos a plazo fijo son productos que ofrecen poca flexibilidad y una rentabilidad bastante elevada, la cual se define previamente. En este caso, el inversor se compromete a mantener su dinero inmovilizado durante un periodo determinado, que puede ir desde unos pocos meses hasta varios años. Entre sus ventajas, destacan:

  • Rentabilidad garantizada y conocida desde el primer momento. 
  • Es idóneo para quienes buscan estabilidad en sus inversiones. 
  • Da la posibilidad de planificar con precisión los rendimientos. 

Cuanto mayor sea el plazo del depósito, mayor será la rentabilidad que obtendrá el usuario, el cual podrá recibir su remuneración a plazos, durante el periodo de vida del depósito, o en el momento de su vencimiento. Estos productos suelen aplicar una comisión por la cancelación anticipada, por lo que, si queremos disponer de nuestro dinero antes del plazo de vencimiento, deberemos asumir ciertos gastos o penalizaciones. 

Depósitos a la vista 

Estos depósitos son los que permiten a los usuarios disponer de su dinero en cualquier momento sin sufrir ninguna penalización. A cambio, ofrecen una remuneración mucho más reducida que la de los depósitos a plazo fijo.

Estos productos se caracterizan por ser flexibles y líquidos, lo que los convierte en un producto idóneo para quienes quieren gestionar su dinero con total libertad, ya que permiten que el capital depositado se extraiga en cajeros automáticos o se emplee en una transferencia bancaria. Además, ofrecen la posibilidad de asociar tarjetas bancarias para poder hacer uso de sus fondos y de domiciliar nóminas o recibos. Las cuentas remuneradas, las cuentas de ahorro e incluso las cuentas corrientes son ejemplos de depósitos a la vista. 

Depósitos estructurados 

Los depósitos estructurados son productos que combinan características de los depósitos tradicionales con instrumentos financieros más complejos, como los índices bursátiles o las acciones. Su rentabilidad, si bien es mayor a la de otros depósitos, no está asegurada y depende del comportamiento de los activos subyacentes. Por eso, se recomiendan solo a los inversores que tengan conocimientos financieros y un alto nivel de tolerancia al riesgo. 

Imagen de una persona retirando efectivo en un cajero en un artículo sobre qué son los depósitos bancarios
 

Ventajas y desventajas 

Como ocurre con cualquier otro instrumento de ahorro e inversión, los depósitos bancarios presentan ventajas y desventajas. Por la parte positiva, las ventajas más conocidas son: 

  • Seguridad. Al estar cubiertos por el FGD de cada país, son una de las inversiones más seguras que se pueden hacer, ya que, en caso de quiebra, nuestro capital mayoritariamente estará cubierto. 
  • Rentabilidad fija. En los depósitos a plazo fijo y a la vista, los intereses se conocen desde el principio, lo que permite planificar mejor las finanzas. 
  • Diversificación. Ayudan a equilibrar el riesgo en carteras de inversión más amplias. 
  • Accesibilidad. Con excepción de los depósitos estructurados, no exigen tener grandes conocimientos financieros ni llevar a cabo inversiones iniciales elevadas. 

Por el contrario, sus mayores inconvenientes son: 

  • Rentabilidad limitada. Por norma general, son menos rentables que otros productos financieros, como las acciones o fondos de inversión. 
  • Inflación. Si la inflación supera el tipo de interés, el poder adquisitivo de tus ahorros podría reducirse. 
  • Falta de liquidez. En el caso de los depósitos a plazo fijo, no podrás disponer del dinero hasta el vencimiento sin sufrir penalizaciones. 

Factores clave para elegir un depósito bancario 

Aunque su naturaleza es semejante, un depósito será mejor o peor en función de nuestro perfil y nuestra necesidades. Por ejemplo, un inversor con poca tolerancia al riesgo verá con mejores ojos los depósitos a plazo fijo o a la vista, mientras que aquellos que buscan grandes rentabilidades y conocer los mercados financieros probablemente apostarán por los depósitos estructurados. Por ello, es importante tener claros cuáles son nuestros objetivos y nuestro nivel de tolerancia al riesgo antes de firmar una contratación. Además, a la hora de comparar distintos depósitos, es aconsejable tener en cuenta los siguientes aspectos: 

  • Intereses. Investiga y busca los depósitos más rentables que estén disponibles en el mercado. 
  • Plazo. Asegúrate de que el periodo de inmovilización se ajuste a tus necesidades, teniendo en cuenta que no podrás tocar el dinero antes del vencimiento. 
  • Condiciones. Lee siempre la letra pequeña para evitar sorpresas, como las comisiones o penalizaciones por cancelación anticipada. 
  • Entidad financiera. Opera siempre plataformas de inversión y bancos sólidos y fiables. 

Los depósitos siguen siendo uno de los productos más contratados de todo el mercado. Conocer las diferencias entre los depósitos a plazo fijo, a la vista y estructurados nos ayudará elegir el que mejor se ajuste a nuestros objetivos.  

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