Ahora que Estados Unidos ha tomado la iniciativa en el conflicto en Oriente Medio, la pelota está en el tejado de Irán. La estrategia que elijan como respuesta determinará la evolución de los mercados. De momento, los futuros de las bolsas bajan, y el petróleo, que inició la jornada subiendo un 5,7%, ha retrocedido. La incertidumbre es la nueva normalidad de los mercados.

Posibles represalias de Irán
A lo largo de los años, Irán ha amenazado en repetidas ocasiones con cerrar el Estrecho de Ormuz, una estrecha franja de agua por la que fluye diariamente una quinta parte del suministro mundial de petróleo. Pero, en la práctica, Teherán dispone de numerosas opciones menos drásticas para calibrar una respuesta que perjudique a sus enemigos y limite el impacto en aliados como China, su mayor comprador de petróleo.
El bloqueo generalizado de las señales GPS, el ingreso de buques de guerra que atemoricen a las embarcaciones o incluso atacar a los petroleros con drones, minas o bombas hasta el punto de que el estrecho se vuelva intransitable para el intercambio comercial, pueden ser algunas opciones.
Posibles escenarios del conflicto en Oriente Medio
Una rápida resolución del conflicto en Oriente Medio en la que los líderes iraníes pidan la paz y renuncien voluntariamente a sus programas y arsenales nucleares permitiría que los precios del petróleo volvieran a caer a los 60 dólares por barril.
Una respuesta simbólica y anunciada contra Estados Unidos podría llevar al barril hasta los 90 dólares. Sin embargo, un cierre total de Ormuz durante más de unas pocas horas o días y el ataque de instalaciones petroleras en Arabia Saudí o Irak, es un escenario que se convertiría en una pesadilla para la economía y que podría disparar el precio del petróleo hasta los 120 dólares, lo que impulsaría la inflación mundial y lastraría considerablemente el crecimiento.
En cualquier caso, el impacto de este último escenario podría ser inferior. Cuando en 2019 Irán realizó un ataque a las instalaciones de procesamiento de Abqaiq, en Arabia Saudí, eliminó el 7% del suministro mundial, pero sólo se necesitaron unas pocas semanas para que los futuros del crudo cotizaran a un nivel más bajo que antes de que ocurrieran los ataques, ya que los suministros se restablecieron y reabastecieron rápidamente. Actualmente, existen reservas de emergencia en los países consumidores a las que pueden recurrir si es necesario, algo que puede proteger a la industria de cualquier perturbación que pueda surgir, además no descartamos una rápida recuperación para que el tránsito pueda fluir de nuevo.
La intervención estadounidense llega en un momento delicado para la economía mundial, y el panorama ahora depende de la contundencia de las represalias de Irán. El Banco Mundial, la OCDE y el FMI han revisado a la baja sus previsiones en los últimos meses, y cualquier aumento significativo de los precios del petróleo o el gas, o cualquier perturbación del comercio, frenaría aún más el crecimiento.
¿Qué debe hacer un inversor ante el conflicto de Oriente Medio?
El mayor miedo de los mercados son los eventos de gran incertidumbre. Los inversores se ven muchas veces atemorizados ante este tipo de situaciones y recurren de manera inmediata a vender sus activos financieros. Muchos de ellos, sobre todo los que se han incorporado más recientemente en la inversión en los mercados, ven en estos conflictos el inicio de una oleada bajista de la que no quieren verse atrapados. Sin embargo, la historia ha demostrado que mantener la calma y seguir una estrategia de inversión a largo plazo ha dado siempre buenos resultados.
Desde 1939, se han producido 32 eventos geopolíticos similares al actual. Según Deutsche Bank, el resultado ha sido de una caída del 6% en el S&P 500 hasta que toca su suelo, para después recuperar rápidamente el terreno perdido. De hecho, el suelo se da de media en los 16 días laborales posteriores al inicio del conflicto, mientras que apenas tarda otros 17 días en recuperarse.
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