¿En qué se diferencia un ETF de un fondo indexado?

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Imagen de billetes en un artículo sobre las diferencias entre los ETFs y los fondos indexados

Los ETFs y fondos indexados son instrumentos muy populares que comparten ciertas características, pero que presentan diferencias que conviene conocer. En este artículo, abordamos qué son estos activos y cuáles son sus principales rasgos.

En el mundo de la inversión pasiva, los ETF (Exchange Traded Funds) y los fondos indexados son dos instrumentos muy comunes y utilizados. Ambos copian el comportamiento de un índice de referencia, pero, aunque comparten modus operandi, tienen importantes particularidades que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir en qué instrumento invertir. En este artículo, te contamos cómo funcionan y cuáles son las diferencias entre los ETFs y los fondos indexados.

¿Qué es un ETF y cómo funciona? 

Un ETF (siglas de Exchange Trade Funds o, en su traducción al español, fondo cotizado) es un instrumento de inversión creado para replicar el comportamiento de otro activo, como puede ser un índice bursátil, una materia prima, un conjunto de acciones de un sector en específico o incluso un bono. Estos productos se posicionan a medio camino entre las acciones y los fondos de inversión, ya que, por un lado, cotizan en bolsa y, por otro, están formados por una cartera de valores con la se busca replicar el comportamiento de un activo subyacente. De este modo, los ETFs pueden comprarse y venderse en cualquier momento, sin necesidad de esperar al cierre de Bolsa, al tiempo que permiten obtener exposición a múltiples activos invirtiendo en un único instrumento. Entre sus principales características, se encuentran: 

  • Liquidez.  Al cotizar en bolsa, los ETF se pueden comprar y vender en el horario de mercado a precios que fluctúan según la oferta y la demanda. Es decir: pueden negociarse a tiempo real. 
  • Transparencia. Las participaciones de los ETF suelen ser públicas y se actualizan a diario. Así, los inversores conocen en todo momento la composición exacta del fondo. 
  • Flexibilidad operativa. Los inversores siguen estrategias como órdenes limitadas, ventas en corto y operaciones con margen. 
  • Costes asociados. Aunque suelen tener comisiones de gestión bajas, cobran por transacción cada vez que se compran o venden en el mercado. 
  • Diversificación. Al invertir en una amplia variedad de activos mediante un único instrumento, los inversores mitigan el riesgo asociado a la inversión en un único producto. 
Imagen de billetes en un artículo sobre las diferencias entre los ETFs y los fondos indexados
 

¿Qué es un fondo indexado y cómo opera? 

Un fondo indexado es un tipo de fondo de inversión que replica el comportamiento de un índice de referencia invirtiendo en los mismos activos que componen ese índice. A diferencia de los ETF, no se negocian en bolsa y las operaciones de suscripción y reembolso se hacen directamente a través de la gestora del fondo, por lo que son productos mucho menos líquidos. Entre sus características más destacadas, se encuentran: 

  • Valor liquidativo diario. Las operaciones de compraventa se hacen por el valor liquidativo calculado al cierre de cada jornada, así que no es posible negociar durante el día a precios variables. 
  • Gestión pasiva. Al igual que los ETF, los fondos indexados siguen una estrategia de gestión pasiva, lo que suele traducirse en comisiones de gestión más bajas en comparación con los fondos de gestión activa. 
  • Fiscalidad favorable. En algunos países, como España, los fondos indexados aceptan traspasos entre fondos sin generar una obligación fiscal inmediata. Esto es una ventaja muy interesante para muchos inversores para su planificación fiscal. 

Diferencias entre un ETF y un fondo indexado 

Los ETF y los fondos indexados son productos que, si bien comparten ciertos rasgos, presentan ciertas diferencias que pueden influir a la hora de decidir en qué invertir. Estas diferencias afectan a características clave como la liquidez, los costes, la fiscalidad o incluso la propia oferta y accesibilidad, por lo que conocerlas resultará clave a la hora de diseñar nuestras estrategias.

Liquidez: ¿por qué los ETF son más flexibles que los fondos indexados? 

  • ETF: al cotizar en bolsa, ofrecen una liquidez intradía, por lo que los inversores pueden comprar y vender participaciones en cualquier momento dentro del horario de mercado. Algo muy útil para aprovechar oportunidades a corto plazo o para quien quiera más flexibilidad en sus operaciones. 
  • Fondos indexados: las operaciones se realizan al valor liquidativo calculado al cierre del mercado, lo que supone que las órdenes de compra o venta se ejecutan una vez al día. Son, por tanto, productos menos líquidos que los ETF. 

Costes: ¿qué instrumento es más económico a largo plazo? 

  • ETF: Generalmente, los ETFs tienen unas comisiones y costes operativos más bajos en comparación con los fondos de inversión tradicionales, ya que su gestión suele ser más sencilla. 
  • Fondos indexados: al igual que los ETF, suelen tener unos costes más reducidos que otros fondos, aunque es posible que las gestoras apliquen comisiones de gestión, custodia, suscripción y reembolso.

Fiscalidad: ¿cómo afectan los impuestos a cada opción? 

  • ETF: en España, las ventas de participaciones de ETFs tributan como las acciones. Es decir, cada venta genera una ganancia o pérdida patrimonial que hay que declarar. Esto puede ser una desventaja para quienes ajustan frecuentemente su cartera, ya que cada operación tendrá consecuencias fiscales inmediatas. 
  • Fondos indexados: permiten traspasos entre fondos sin que ello suponga una obligación fiscal al instante. De este modo, facilitan la reestructuración de la cartera sin incurrir en costes fiscales hasta el momento del reembolso final. 

Accesibilidad y oferta de productos 

  • ETF: ofrecen numerosas opciones que abarcan diversos índices, sectores y regiones. Además, al negociarse en bolsa, se puede acceder a ellos a través de múltiples plataformas y brokers, lo que abre la puerta a inversores con distintos perfiles.
  • Fondos indexados: aunque la oferta ha crecido en los últimos años, suele ser más limitada que la de los ETFs. Además, se suelen contratar a través de gestoras o entidades financieras específicas, lo que puede restringir el acceso a ciertos perfiles. 
Imagen de una máquina de escribir en la que se leer 'invertir' en un artículo sobre las diferencias entre los ETFs y los fondos indexados
 

¿Cuál elegir: un ETF o un fondo indexado? 

Como ocurre con cualquier otro tipo de producto, a la hora de elegir entre un ETF o un fondo indexado se deberá realizar un análisis en profundidad para averiguar cuál es el que mejor se ajusta a nuestro perfil. En este estudio se deberán tener en cuenta no solo las características propias de cada uno de estos instrumentos, sino también cuáles son nuestros objetivos y necesidades, así como nuestro nivel de tolerancia al riesgo y el horizonte temporal en el que planteamos realizar nuestra inversión. Además, en el caso de los inversores más principiantes, es recomendable tener en cuenta otros aspectos como: 

  • Flexibilidad y operativa. Si prefieres tener control sobre el momento exacto de compra y venta, los ETF son más flexibles, puesto que cotizan en tiempo real. 
  • Implicaciones fiscales. Si inviertes en España y planeas hacer cambios en tu cartera habitualmente, los fondos ofrecen un tratamiento fiscal más favorable en los traspasos. 
  • Importes de inversión. Algunos fondos indexados te exigen unos importes mínimos de entrada, mientras que los ETF dan la posibilidad de invertir desde una sola acción. 

En cualquier caso, tanto los ETF como los fondos indexados son opciones interesantes para ejecutar una inversión pasiva eficiente y diversificada. La clave está en elegir el producto que más se adapte a nuestro perfil y objetivos.

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FAQ

Un ETF es un instrumento de inversión creado para replicar el comportamiento de otro activo, como puede ser un índice bursátil, una materia prima, un conjunto de acciones de un sector en específico o incluso un bono. Estos instrumentos se posicionan a medio camino entre las acciones y los fondos de inversión, ya que cotizan en Bolsa y están formados por una cartera de valores con la se busca replicar el comportamiento de un activo subyacente, y han ganado popularidad en los últimos años. 

Las principales características de los ETFs pueden resumirse en:

  • Liquidez.  Al cotizar en bolsa, los ETF se pueden comprar y vender en el horario de mercado a precios que fluctúan según la oferta y la demanda. Es decir: pueden negociarse a tiempo real. 
  • Transparencia. Las participaciones de los ETF suelen ser públicas y se actualizan a diario. Así, los inversores conocen en todo momento la composición exacta del fondo. 
  • Flexibilidad operativa. Los inversores siguen estrategias como órdenes limitadas, ventas en corto y operaciones con margen. 
  • Costes asociados. Aunque suelen tener comisiones de gestión bajas, cobran por transacción cada vez que se compran o venden en el mercado. 
  • Diversificación. Al invertir en una amplia variedad de activos mediante un único instrumento, los inversores mitigan el riesgo asociado a la inversión en un único producto. 

Un fondo indexado es un tipo de fondo de inversión que replica el comportamiento de un índice de referencia invirtiendo en los mismos activos que componen ese índice, pero que, a diferencia de los ETF, no se negocia en Bolsa.

Las principales características de los fondos indexados son: 

  • Valor liquidativo diario. Las operaciones de compraventa se hacen por el valor liquidativo calculado al cierre de cada jornada, así que no es posible negociar durante el día a precios variables. 
  • Gestión pasiva. Al igual que los ETF, los fondos indexados siguen una estrategia de gestión pasiva, lo que suele traducirse en comisiones de gestión más bajas en comparación con los fondos de gestión activa. 
  • Fiscalidad favorable. En algunos países, como España, los fondos indexados aceptan traspasos entre fondos sin generar una obligación fiscal inmediata. Esto es una ventaja muy interesante para muchos inversores para su planificación fiscal. 

Las principales diferencias entre los ETFs y los fondos indexados radican en cinco factores clave: la liquidez, los costes, la fiscalidad, la accesibilidad y la oferta de productos. 

A la hora de elegir entre invertir en un ETF o un fondo indexado, conviene tener en cuenta aspectos como: 

  • Flexibilidad y operativa. Si prefieres tener control sobre el momento exacto de compra y venta, los ETF son más flexibles, puesto que cotizan en tiempo real. 
  • Implicaciones fiscales. Si inviertes en España y planeas hacer cambios en tu cartera habitualmente, los fondos ofrecen un tratamiento fiscal más favorable en los traspasos. 
  • Importes de inversión. Algunos fondos indexados te exigen unos importes mínimos de entrada, mientras que los ETF dan la posibilidad de invertir desde una sola acción. 

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