¿Qué son los ETF y cómo funcionan?

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Imagen de monedas y billetes en un artículo sobre qué son los ETF

Los ETF, también conocidos como fondos cotizados, son instrumentos de inversión creados en la década de los 90 para replicar el comportamiento de otro activo, como puede ser un índice, sector o conjunto de acciones. En este artículo, te contamos qué son exactamente y cómo funcionan.

Dentro del gran conjunto de activos que conforman la renta variable, hay un tipo de instrumento que en los últimos años ha ido aumentando exponencialmente su popularidad: los ETF. También conocidos como fondos de inversión cotizados, estos activos vieron la luz en la década de los 90 y desde entonces se han expandido exitosamente hasta convertirse en un activo de interés para muchos inversores. En este artículo, te contamos qué son exactamente los ETF, qué tipos existen y cuáles son las ventajas y riesgos de invertir en ellos. 

¿Qué son los ETF o fondos cotizados?

Los ETF, también conocidos como fondos cotizados, son instrumentos de inversión diseñados para replicar el comportamiento de otro activo, como puede ser un selectivo, una materia prima, un conjunto de acciones de un sector en específico o incluso una criptomoneda, entre otros. Creados en la década de los 90 en Estados Unidos, estos instrumentos surgieron con el objetivo de replicar de forma fácil y económica el comportamiento de un índice bursátil, y en los últimos años se han convertido en un activo muy popular entre los inversores por sus bajos costes, su bajo mínimo de inversión y su facilidad de compraventa. 

Los ETF se caracterizan por compartir características tanto con las acciones como con los fondos de inversión tradicionales. Estos instrumentos están formados por una cartera de valores, los cuales buscan replicar el comportamiento del activo al que hacen referencia, pero tienen la particularidad de cotizar en Bolsa, por lo que es posible comprarlos y venderlos en cualquier momento, igual que ocurre con las acciones. Así, los inversores pueden operar con los ETF sin necesidad de esperar al cierre del mercado, como sí ocurre con los fondos de inversión tradicionales, cuyo valor se determina al cierre de la sesión. 

Imagen de monedas en un artículo sobre qué son los ETF
 

¿Qué tipos de ETF existen?

En un primer momento, la mayoría de ETFs que podían encontrarse en el mercado eran de un tipo concreto: de gestión pasiva. Estos ETF se caracterizan por replicar el comportamiento de otro activo, generalmente un índice, como puede ser el S&P 500, el Nasdaq 100 o el Dow Jones. De hecho, el primer ETF del que se tiene constancia, el SPDR S&P 500 Trust o SPY, se caracteriza por seguir al S&P 500, cuya composición y comportamiento replica. Sin embargo, con el paso del tiempo, han surgido otros tipos de ETF, los cuales pueden combinarse en las carteras de activos para maximizar las estrategias de inversión:

  • ETFs de gestión pasiva: son aquellos que buscan replicar el comportamiento de un índice o activo de referencia, sin afán de superar su rendimiento. 
  • ETFs de gestión activa: son aquellos que buscan superar el rendimiento de un índice de referencia. Estos ETF están supervisados por gestores profesionales, los cuales ajustan de forma activa los valores y participaciones del fondo para superar al mercado.
  • ETFs de renta variable: son aquellos que replican el comportamiento de las empresas y valores que cotizan en Bolsa. Pueden seguir a un índice, un sector o incluso un país en específico.
  • ETFs de renta fija: son aquellos que siguen la evolución de los activos de renta fija, como los bonos, las obligaciones o las letras del Tesoro, ya sean públicos o privados.
  • ETFs mixtos: son aquellos que combinan activos de renta fija con los de renta variable. 
  • ETFs de divisas: son los que invierten en el mercado forex al seguir a una divisa o un conjunto de divisas en concreto.
  • ETFs de materias primas: son aquellos que se centran en materias primas como puede ser el oro, el petróleo, la plata o el cobre. 
  • ETFs inversos: son aquellos que replican el comportamiento de los activos de forma inversa al mercado, es decir, en lugar de apostar por su subida, apuestan por su caída en el mercado. 

Ventajas de invertir en ETF

Desde su lanzamiento en la década de los 90, los ETF han expandido su popularidad de forma significativa, convirtiéndose en una alternativa de interés para multitud de inversores. Según un informe de Lipper Data para PwC, los ETF han experimentado un crecimiento exponencial a escala mundial, llegando a alcanzar los 11.464 miles de millones de dólares en activos bajo gestión, siendo Estados Unidos el país en el que se concentra el mayor volumen de contrataciones. 

Detrás del crecimiento exponencial de los ETF, se pueden identificar varias ventajas que les hacen destacar como alternativa a la inversión en acciones:

  • Diversificación: al estar compuestos por distintos activos, los ETF permiten invertir en una amplia variedad de títulos mediante un único instrumento. A diferencia de lo que ocurre con las acciones, con las que los inversores invierten de manera individual en los títulos de una compañía, con la compra de un único ETF los inversores pueden invertir de manera conjunta en activos de diferentes sectores e industrias e incluso en distintos tipos de instrumentos, como acciones, bonos o materias primas.
  • Liquidez: los ETF son instrumentos que se negocian en el mercado de valores y que se pueden comprar o vender de forma rápida en cualquier momento, siempre y cuando la bolsa en la que operan esté abierta. A diferencia de los fondos tradicionales, cuyo precio se establece al cierre de mercado, el precio de los ETF fluctúa a lo largo del día, por lo que los inversores que estén interesados en venderlos o adquirirlos deberán fijarse en estos cambios antes de realizar sus operaciones. 
  • Accesibilidad: los ETF pueden adquirirse a través de intermediarios financieros tradicionales, como las acciones, pero a diferencia de muchos de estos títulos, que pueden tener un alto precio en el mercado, su inversión inicial es relativamente baja. Además, su inversión mínima es más reducida que la que exigen muchos fondos de inversión tradicionales, lo que los convierte en un instrumento accesible para una amplia gama de usuarios.
  • Costes: al seguir el comportamiento de otro activo, los ETF presentan unas comisiones y unos costes operativos más bajos que los fondos de inversión tradicionales, ya que su gestión, al no buscar batir el mercado, suele ser más sencilla. 
  • Transparencia: al ser un activo cotizado, los inversores pueden conocer el precio de su ETF en cualquier momento del día, es decir, no tienen que esperar al cierre del mercado para comprobar su estado. Además, sus componentes son públicos, por lo que los usuarios sabrán en todo momento en qué están invirtiendo al comprar un ETF.
  • Oferta: dentro del mercado se pueden encontrar una amplia gama de ETFs, enfocados en distintos activos, industrias o sectores. De este modo, los inversores pueden elegir el instrumento más adecuado para sus carteras. 
Imagen de billetes en un artículo sobre qué son los ETF
 

Riesgos de invertir en ETF

A pesar de las múltiples ventajas que ofrecen los ETF, estos fondos cotizados no están exentos de ciertos riesgos, los cuales conviene conocer antes de empezar a operar con ellos. Además, y al igual que ocurre con cualquier otro activo, antes de invertir en estos fondos es importante que tengamos claros cuáles son nuestros objetivos de inversión y nuestro nivel de tolerancia al riesgo de cara a valorar la adecuidad de estos instrumentos en nuestra cartera. De igual manera, mantenerse informado sobre los eventos políticos y económicos que puedan afectar al mercado y a la cotización de los valores cotizados será clave a la hora de decidir cuáles serán las estrategias de inversión que adoptaremos. 

Dentro de las desventajas que ofrecen los ETF, algunas de las más relevantes son: 

  • Riesgo de mercado: como ocurre con cualquier otro activo, invertir en ETFs no garantiza beneficios. Estos instrumentos están sujetos a los movimientos del mercado, por lo que, si estos caen, su rentabilidad se verá comprometida.
  • Riesgo de concentración: aunque los ETF son, por norma general, instrumentos diversificados, también existe la posibilidad de que el conjunto de sus activos se concentre en un único sector o industria. En estos casos, si ese sector o industria tiene mal rendimiento, los inversores podrían acusar pérdidas.
  • Riesgo de liquidez: los ETF son instrumentos líquidos que pueden comprarse y venderse con facilidad en el mercado de valores. Sin embargo, en determinadas circunstancias, puede darse el caso en el que esta liquidez se reduzca, por ejemplo, en periodos de gran volatilidad, afectando a sus precios.
  • Riesgo de cambio: los ETF que invierten en divisas extranjeras están sujetos a los tipos de cambio, los cuales pueden impactar negativamente en su rentabilidad.

Además de estos riesgos, a la hora de invertir en ETFs se debe tener en cuenta que estos tributan igual que las acciones, por lo que su fiscalidad es menos ventajosa que la de los fondos de inversión tradicionales.

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FAQ

Los ETFs permiten a los inversores hacer dinero con la compra o venta a un mayor precio, o a través de dividendos si el ETF monitoriza acciones de dividendos. Los ingresos del fondo se generan con dividendos de acciones o intereses de bonos

Los ETFs funcionan manteniendo valores en proporción a su ponderación en el índice que supervisan. Por ejemplo, si una empresa representa el 7% del índice, dicho ETF deberá tener el 7% de sus activos en acciones de esa empresa. Esto permite a los inversores obtener exposición a un índice completo a través de una sola posición.

Sí, los ETFs son buenos para los principiantes porque proporcionan una manera sencilla y diversificada para invertir en el mercado de acciones con menores riesgos e inconvenientes. A la vez, esos activos también son buenos para los profesionales. A largo plazo tan solo algunos fondos de cobertura y de inversión son comparables con el Nasdaq100 o el S&P500 a rendimiento anual.

La inversión en ETFs proporciona beneficios tales como la diversificación, bajos costes, y flexibilidad de inversión, haciendo que sean opciones atractivas para muchos inversores.

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