Una nueva medida de la administración Trump ha generado un verdadero terremoto en el mercado global del cobre. El presidente de Estados Unidos anunció la imposición de un arancel del 50% sobre el cobre importado, una decisión que duplicó las expectativas del mercado y que pone fin abruptamente a una dinámica de arbitraje que venía distorsionando los precios entre las principales bolsas del mundo y vaciando inventarios fuera de EE. UU.
Desde febrero, traders venían retirando cobre de los almacenes de la Bolsa de Metales de Londres (LME) y otras plazas para enviarlo a Estados Unidos, donde el temor a los aranceles venía inflando el precio de los futuros del Comex. Esta maniobra generó una escasez artificial fuera del mercado estadounidense y provocó un violento repunte de los precios en EE. UU., que llegaron a subir más de un 12% en un solo día tras el anuncio, marcando máximos históricos.
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Hazte Cliente Descarga la app móvil Descarga la app móvilSin embargo, esa ventana de oportunidad se cerró de forma súbita. El cobre cotizado en la LME y en la Bolsa de Futuros de Shanghái (SHFE) registró caídas inmediatas de -1,2% y -1,1% respectivamente, reflejando el fin de ese arbitraje. La razón es simple: ya no hay margen logístico para mover cobre hacia EE. UU. antes de la entrada en vigor del arancel, prevista para finales de julio o el 1 de agosto, según declaró el secretario de Comercio.
Con este nuevo escenario, el mercado comienza a descontar un excedente global de cobre fuera de EE. UU., en contraste con los inventarios del Comex, que se ubican en máximos desde 2018. Para los traders del CFD de cobre (que replica el contrato de la LME en plataformas como XTB), esto podría implicar presión bajista en el corto plazo, ya que toneladas de cobre que iban a dirigirse al mercado estadounidense ahora quedan atrapadas fuera de su destino original.
Desde una perspectiva estratégica, el movimiento de Trump tiene motivaciones tanto políticas como industriales. El mandatario busca "traer el cobre a casa", pero Estados Unidos depende en un 50% de las importaciones del metal y solo cuenta con tres fundiciones activas. Aunque compañías como Freeport-McMoRan podrían beneficiarse en el corto plazo, la infraestructura nacional no tiene la capacidad de absorber la demanda necesaria para electrificar la red, fabricar vehículos eléctricos y modernizar la infraestructura. Los proyectos clave para aumentar la producción interna, como Resolution Copper (impulsado por Río Tinto y BHP), enfrentan desde hace años fuertes obstáculos legales y ambientales.
En este nuevo contexto, tres factores clave deberían estar en el radar de los operadores que siguen el CFD de cobre basado en la LME:
1. Spread Comex–LME
El diferencial entre los precios del cobre en EE. UU. y en Londres fue el motor del arbitraje en los últimos meses. Con el nuevo arancel, esta distorsión tenderá a normalizarse. Si el spread se reduce, los precios del CFD podrían corregir o estabilizarse, especialmente si disminuye la especulación en el Comex.
2. Inventarios globales
Al frenarse las salidas de cobre hacia EE. UU., los inventarios de la LME podrían aumentar, ejerciendo presión a la baja sobre el CFD. Sin embargo, si ese exceso se canaliza rápidamente hacia la demanda asiática —especialmente China—, la corrección podría ser limitada y temporal.
3. Política monetaria y dólar
La trayectoria del cobre también estará condicionada por el entorno macro. Si la Reserva Federal confirma los recortes de tasas esperados y el dólar pierde fuerza, el cobre podría encontrar soporte como activo físico cotizado en dólares, brindando alivio a los precios globales.
En el plano internacional, el riesgo de una guerra del cobre está sobre la mesa. Aún sin decreto oficial, los principales exportadores —Chile, Canadá y Perú— han manifestado su oposición, señalando que los nuevos aranceles podrían violar los tratados de libre comercio vigentes con EE. UU. Si no se negocian exenciones, las represalias comerciales son una posibilidad real, lo que aumentaría la volatilidad en los mercados.
Por ahora, el CFD de cobre ligado a la LME se encuentra en una zona de transición compleja. El rally en EE. UU. podría haber llegado a su fin, mientras que el mercado internacional deberá absorber un shock de oferta inesperado. Aun así, si se confirma un escenario global sin recesión abrupta y con políticas monetarias más laxas, el cobre podría encontrar un nuevo equilibrio antes de lo previsto.
En un mercado que cambia con rapidez, la clave para los traders no está solo en seguir el precio, sino en entender de dónde viene el cobre, quién lo está moviendo y cuánto tiempo le queda para llegar a destino.
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Alejandro de Luis
Editor de Hispatrading Magazine
Alejandro ha trabajado como trader en diferentes sociedades de valores y firmas de trading propietario, así como en áreas de negociación y análisis durante casi dos décadas. Autor de varios libros de trading publicados en más de cinco países, ha impartido conferencias formativas y programas de especialización ante audiencias de más de 40 países, entre ellas alumnos de varias universidades europeas de prestigio.
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