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El petróleo es un recurso indispensable para la economía moderna y uno de los activos más populares en el mundo de la inversión. Conocido cómo oro negro, este recurso es la materia prima más negociada del mundo, y ofrece varias formas de inversión interesantes tanto para los más experimentados como para aquellos que se están adentrando en los mercados bursátiles. En este artículo, repasamos cómo invertir en petróleo.
El petróleo es mucho más que una materia prima: es una fuerza motriz en la economía a escala global. Capaz tanto de nutrir a vehículos e industrias como de influir en la geopolítica y en la propia inflación, el petróleo es un recurso imprescindible que ocupa un papel clave en la economía moderna. Conocido popularmente como el oro negro, esta materia prima es, además, el acivo más negociado del mundo, por lo que ofrece múltiples oportunidades para los inversores, pero ¿cómo aprovecharlas? En este artículo, repasamos las distintas estrategias para invertir en petróleo y cómo podemos sortear las fluctuaciones del mercado.
¿Qué es el petróleo?
El petróleo es la materia prima más negociada del mundo. Este recurso, imprescindible en la sociedad actual por su capacidad para generar calor y movimiento de forma eficiente, es una mezcla de residuos orgánicos que se forma en las profundidades de la Tierra y que actualmente se posiciona como una fuente de energía fósil para sectores tan importantes como el energético o el industrial, entre otros muchos. Distribuida a lo largo de múltiples puntos del planeta, siendo Oriente Medio y América del Sur dos de las regiones con mayores yacimientos, esta materia prima comenzó a emplearse a escala mundial a mediados del siglo XIX, cuando se descubrió su potencial a nivel industrial.
En concreto, el primer pozo de petróleo se perforó en la región de Bakú (Azerbaiyán) en 1848, aunque su popularidad no despegaría hasta una década después, en 1859, cuando se perforó el primer pozo petrolero moderno de Occidente en Oil Creek, Pensilvania (Estados Unidos), un hito que marcaría el inicio de la industria petrolera tal y como la conocemos hoy en día. Desde entonces, la industria petrolera ha crecido hasta convertirse en una de las más poderosas del mundo entero y en un mercado de enorme interés para los inversores, que pueden acercarse a este sector de diversas formas, ya sea mediante la compra de acciones, ETFs o futuros, entre otros.
¿Cómo funciona la industria petrolera?
Desde que el petróleo se extrae hasta que se refina para que lo podamos utilizar en nuestro día a día, esta materia prima pasa por tres fases distintas que conforman la cadena de valor de la industria petrolera: upstream, midstream y downstream.
Upstream: es el primer segmento de la cadena. Abarca el proceso de exploración y producción de petróleo, por lo que se centra en la identificación de posibles yacimientos, en la perforación de pozos y en la extracción y procesamiento inicial del crudo. Dada la naturaleza de sus actividades, este segmento requiere de grandes dosis de capital.
Midstream: es el segundo segmento de la cadena petrolera. Se centra en el transporte y almacenamiento del crudo desde los pozos de producción a las refinerías, donde se transforma en gasolina, diésel y otros combustibles.
Downstream: es el último tramo de la cadena petrolera. Se centra en el refinamiento del petróleo, su distribución y venta ya como producto refinado a los consumidores finales.
Al invertir en petróleo, los inversores tienen la opción de apostar por la industria en su conjunto o por empresas dedicadas a una fase concreta de la cadena petrolera. En este sentido, no obstante, se debe tener en cuenta que muchas empresas dedicadas a la producción de petróleo participan en distintas fases de su proceso.
Tipos de petróleo
El petróleo no es un producto homogéneo. Al contrario, a lo largo de todo el globo se pueden encontrar más de un centenar de variedades de crudo, las cuales se diferencian por factores clave como la densidad o la cantidad de azufre que presentan, entre otros. Aun así, y pese a la amplia pluralidad que existe, la industria petrolera está dominada por dos tipos concretos: el petróleo Brent Brend y el petróleo West Texas Intermediate (WTI).
Petróleo Brent: es el petróleo de referencia del mercado europeo y de buena parte de los activos de petróleo que existen en el mundo, que lo toman como base para establecer sus precios. Con una densidad media y una reducida presencia de azufre, este crudo recibe su nombre del campo petrolífero Brent, un yacimiento situado en el mar del Norte y descubierto en 1972 por la petrolera Shell, que comenzó a extraer petróleo de la zona en 1976. Si bien en los orígenes el Brent se extraía en exclusiva de su yacimiento homónimo, desde 2002 este crudo se extrae también de otros cuatro pozos: Forties, Oseberg y Ekofisk, en Noruega, y Troll, en Reino Unido. A nivel bursátil, el petróleo Brent cotiza y se negocia principalmente en el Internacional Petroleum Exchange (IPE) de Londres.
Petróleo West Texas Intermediate: es el petróleo de referencia de Estados Unidos. De densidad ligera y escasa presencia de azufre, se trata de un crudo de mayor calidad del Brent que procede de los yacimientos petroleros de las regiones del sur de Estados Unidos, siendo Texas y Oklahoma las dos más significativas. En concreto, el petróleo West Texas Intermediate (WTI) es todo aquel que se negocia y entrega en la localidad de Cushing, en Oklahoma, pudiendo proceder de distintas zonas del país. A nivel bursátil, este crudo se negocia en la New York Mercantile Exchange (NYMEX), el mercado de futuros de Nueva York.
¿Qué factores impactan en el precio del petróleo?
El petróleo es uno de los activos más volátiles del mercado. Esta materia prima no se ve impactada solo por la ley de la oferta y la demanda, sino que, por su papel clave en la economía, refleja la situación geopolítica y económica a escala global, pudiendo verse afectada tanto por las tensiones y conflictos entre países que juegan un papel clave en la cadena productiva como por fenómenos como la recesión o incluso por las decisiones de los Bancos Centrales. Además, al emplearse en sectores como el energético o el de transporte, también puede verse impactado por factores estacionales, como un clima más adverso en invierno o un mayor número de viajes en los meses de verano. Comprender estos factores será clave a la hora de invertir en petróleo.
Oferta y demanda
Al igual que ocurre con cualquier otro producto, el precio del petróleo también se ve impactado por la clásica ley de la oferta y la demanda. Así, cuando la oferta sube, el precio del petróleo disminuye, y viceversa: cuando la oferta cae, el precio se dispara.
Para el petróleo, la oferta aparece definida por la cantidad de crudo disponible en el mercado. Esta cantidad se ve principalmente impactada por la producción de Estados Unidos, Rusia y los países miembros de la OPEP+. Así, cuando su producción cae, los precios del petróleo suelen dispararse, y viceversa: cuando la producción aumenta más de lo previsto, los precios suelen relajarse.
Por su parte, la demanda de petróleo viene definida por la cantidad de crudo que los consumidores están dispuestos a adquirir, la cual puede variar por factores como el crecimiento económico del país, el consumo de energía en determinados periodos del año o el uso de combustibles alternativos.
En este escenario, también debe tenerse en cuenta que factores como los desastres naturales, los problemas en las refinerías de petróleo o en los propios oleoductos pueden impactar en la cadena de producción, disparando el precio del crudo. Asimismo, los propios informes sobre inventarios de petróleo también pueden causar fluctuaciones en el precio del crudo. Los informes de la API (American Petroleum Institute) y EIA (Energy Information Administration) de Estados Unidos son dos publicaciones clave que pueden impulsar o lastrar el precio del crudo según la información que compartan.
Factores económicos
El petróleo es un recurso que juega un papel clave en la economía mundial. Por ello, sus precios pueden verse impulsados o lastrados por el crecimiento económico global. Generalmente, cuando se produce un crecimiento económico a escala global, la demanda del petróleo suele dispararse, ya que los consumidores están más dispuestos a consumir crudo que en situaciones adversas. En estos casos, lo habitual es que los precios del petróleo se disparen, siguiendo la ley de la oferta y la demanda. Por el contrario, cuando se viven periodos de inestabilidad y recesión económica, la demanda suele disminuirse, dado que el consumo se ve lastrado. Como consecuencia, los precios del petróleo tienden a reducirse.
En el ámbito económico, otro factor que puede afectar al precio del petróleo son las decisiones de tipos de interés de los Bancos Centrales, como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo. Por ejemplo, cuando estos organismos deciden subir los tipos de interés para combatir la inflación, pueden reducir la demanda de petróleo, disminuyendo sus precios. De igual manera, al cotizar a escala mundial en dólares, el crudo también puede verse impactado por la fortaleza o debilidad de la divisa estadounidense. Así, cuando el dólar se fortalece, el petróleo se encarece para los compradores que emplean otras monedas, lo que suele traducirse en una disminución de la demanda y los precios. Por el contrario, cuando el dólar se debilita, se vuelve un recurso más barato a nivel internacional, lo que suele traer consigo una mayor demanda y, consecuentemente, un incremento de los precios. Seguir de cerca la evolución del dólar y mantenerse al día de la actualidad económica y la situación global será, por tanto, de gran ayuda de cara a invertir en petróleo.
Tensiones y conflictos geopolíticos
Los conflictos y tensiones geopolíticas tienen un enorme impacto en los precios del petróleo, especialmente si estos se producen en los países productores. Al haber riesgo de conflicto, el suministro de petróleo puede verse comprometido, generando incertidumbre a escala global y disparando los precios de crudo. En este sentido, enclaves como el estrecho de Ormuz, por el que se calcula que transita aproximadamente un 30% del comercio total de petróleo de todo el mundo, tienen una enorme importancia, y cualquier riesgo que amenace a su estabilidad y correcto funcionamiento puede traer graves consecuencias para el petróleo y sus precios.
Del mismo modo, las sanciones que se puedan imponer a los países productores, como ha ocurrido con Rusia a raíz de la guerra de Ucrania, también pueden impactar al suministro de crudo y, por tanto, a su precio.
Factores estacionales
Más allá de los riesgos geopolíticos, la situación económica global y la propia ley de la oferta y la demanda, el precio del petróleo también puede verse afectado por factores estacionales, como puede ser un mayor uso de combustible en los meses de verano, cuando es habitual viajar, o una mayor demanda de calefacción en los meses de invierno, particularmente en las zonas más frías del planeta. Además, la temporada de huracanes en Estados Unidos y, en particular, en la costa del Golfo también pueden afectar a la producción de las refinerías, con su consecuente impacto en el crudo.
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El petróleo es uno de los activos más negociados del mundo y un recurso de gran interés tanto para los inversores más experimentados como para quienes se están adentrando en el mundo de los mercados bursátiles. A la hora de invertir en petróleo, es posible encontrar varias alternativas, entre las que destacan:
Acciones: una de las fórmulas más comunes para invertir en petróleo es hacerlo a través de la compra de acciones que participen en esta industria, ya sea en su fase de upstream, midstream o downstream. En este caso, no obstante, deberemos tener en cuenta que la inversión sería indirecta, ya que no estarías invirtiendo en la materia prima como tal, sino en una o varias compañías en concreto, por lo que será importante seguir los movimientos de estas empresas para detectar posibles oportunidades y mitigar riesgos.
Futuros: otra opción para invertir en petróleo son los futuros, unos contratos derivados que basan su valor en un activo subyacente. Este método de inversión es el más común a la hora de invertir en crudo, ya que sigue los movimientos de su precio de la manera más fidedigna. No obstante, son productos complejos y pueden tener un mayor riesgo asociado, especialmente para los inversores menos experimentados.
ETF: los ETF son productos con los que podemos invertir en una variedad de activos adquiriendo un solo instrumento y que también podemos utilizar para invertir en petróleo. En este caso, podremos invertir tanto en ETFs que invierten de forma directa en crudo, con exposición a los futuros de esta materia prima, como en ETFs que invierten de forma indirecta en el codiciado oro negro, replicando el comportamiento de determinadas acciones del sector. Ambos casos, no obstante, pueden ser una opción de interés para nuestras carteras, especialmente si buscamos una estrategia diversificada.
De cara a invertir en petróleo, no obstante, será importante tener claros no solo cuáles son nuestros objetivos, sino también nuestro nivel de tolerancia al riesgo, ya que el crudo es un activo extremadamente volátil que puede verse sacudido por las fluctuaciones del mercado. Comprender los factores que pueden causar inestabilidad en este mercado y mantenerse al día de la actualidad política y económica será, además, clave de cara a empezar a operar con esta codiciada materia prima.
Ventajas y riesgos de invertir en petróleo
El petróleo es un activo de gran importancia para la economía mundial que ofrece múltiples oportunidades para los inversores, pero que no está exento de riesgos. Al contrario, invertir en petróleo puede ofrecernos tanto ventajas como desventajas, las cuales conviene conocer antes de realizar cualquier tipo de movimiento.
Desde un punto de vista positivo, las principales ventajas de invertir en petróleo pueden resumirse en:
Diversificación: al invertir de forma directa en la materia prima, invertir en petróleo puede ayudarnos a diversificar nuestra cartera, ya que estaríamos incorporando un activo distinto a las acciones habituales.
Variedad: podemos invertir en distintos tipos de petróleo, así como hacerlo a través de distintos instrumentos financieros.
Liquidez: el mercado del petróleo es uno de los más líquidos del mundo, por lo que la compra y venta de activos relacionados con este sector es muy elevada.
Protección contra la inflación: al ser una materia prima, el petróleo suele subir durante los periodos inflacionarios, por lo que puede ser un activo interesante de cara a prepararse para este fenómeno.
Por el contrario, los principales riesgos de invertir en petróleo pueden resumirse en:
Volatilidad: el petróleo es un activo extremadamente volátil que puede verse influenciado por multitud de factores, tanto políticos como económicos.
Riesgos regulatorios y medioambientales: la lucha contra el cambio climático y la apuesta por la sostenibilidad ha llevado a los Gobiernos a impulsar otras fórmulas más sostenibles que el petróleo, incrementando las regulaciones sobre las empresas vinculadas con este sector.
Instrumentos complejos: los futuros son instrumentos complejos, por lo que la inversión a través de este tipo de activos puede ser complicada, especialmente para los menos experimentados.
El petróleo es una materia prima vital para nuestra economía y de gran importancia para los mercados financieros. Comprender sus características, las distintas fórmulas de inversión que ofrece y los riesgos y ventajas que presenta resultará clave de cara a elaborar estrategias apropiadas que nos permitan apostar por este recurso.
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En XTB, puedes invertir hasta 100.000 euros al mes sin comisiones de compra y venta en más de 3.500 acciones y 1.400 ETF de grandes compañías a escala global, entre los que encontrarás alternativas para invertir en petróleo. Además, aquellos que quieran invertir en varios tipos de activos a la vez pueden hacerlo a través de nuestros planes de inversión, una funcionalidad que permite combinar distintos títulos, programando las aportaciones de manera periódica y eligiendo tanto el importe como el plazo o método de pago. En concreto, nuestros usuarios pueden crear su plan de inversión a partir de tan sólo 15 euros, pudiendo elegir hasta 9 ETFs diferentes en cada uno de sus planes.
El petróleo es una mezcla de residuos orgánicos que se forma en las profundidades de la Tierra que actualmente juega un papel de vital importancia en la economía, siendo la materia prima más negociada del mundo.
La industria petrolera está compuesta por empresas pertenecientes a tres fases de la cadena de valor del petróleo:
Upstream: es el primer segmento de la cadena. Abarca el proceso de exploración y producción de petróleo, por lo que se centra en la identificación de posibles yacimientos, en la perforación de pozos y en la extracción y procesamiento inicial del crudo.
Midstream: es el segundo segmento de la cadena petrolera. Se centra en el transporte y almacenamiento del crudo desde los pozos de producción a las refinerías, donde se transforma en gasolina, diésel y otros combustibles.
Downstream: es el último tramo de la cadena petrolera. Se centra en el refinamiento del petróleo, su distribución y venta ya como producto refinado a los consumidores finales.
Sí. El petróleo no es un producto homogéneo, sino que hay centenares de variedades a lo largo del mundo. Aun así, las dos más destacadas son el petróleo Brent Brend y el petróleo West Texas Intermediate, que dominan la industria.
Existen múltiples factores que pueden impactar en el precio del petróleo. Entre ellos, destacan la ley de la oferta y la demanda, los conflictos y riesgos geopolíticos o la situación económica global.
Se puede invertir en petróleo a partir de distintos instrumentos, entre los que destacan:
Acciones: una de las fórmulas más comunes para invertir en petróleo es hacerlo a través de la compra de acciones que participen en esta industria, ya sea en su fase de upstream, midstream o downstream. En este caso, no obstante, deberemos tener en cuenta que la inversión sería indirecta, ya que no estarías invirtiendo en la materia prima como tal, sino en una o varias compañías en concreto.
Futuros: este método de inversión es el más común a la hora de invertir en crudo, ya que sigue los movimientos de su precio de la manera más fidedigna. No obstante, son productos complejos y pueden tener un mayor riesgo asociado, especialmente para los inversores menos experimentados.
ETF: podemos invertir tanto en ETFs que invierten de forma directa en crudo, con exposición a los futuros de esta materia prima, como en ETFs que invierten de forma indirecta en petróleo, replicando el comportamiento de determinadas acciones del sector. Ambos casos, no obstante, pueden ser una opción de interés para nuestras carteras, especialmente si buscamos una estrategia diversificada.
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