¿Qué es la estanflación y cómo afecta a las inversiones?

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Imagen de un billete en el suelo en un artículo sobre qué es la estanflación

La estanflación es un escenario económico complejo en el que se combinan dos fenómenos que deberían ser, por naturaleza, excluyentes: una alta inflación y un estancamiento económico. En este artículo, te contamos qué es exactamente este fenómeno y qué consecuencias tiene.

La estanflación es uno de los escenarios económicos más complejos y peligrosos para los inversores. En él se juntan una inflación continua y alta, un crecimiento económico prácticamente nulo o negativo aunque empeore la tasa de paro y una fuerte pérdida del poder adquisitivo. En este artículo, analizamos qué es la estanflación, sus causas y consecuencias y cómo afecta a la inversión.

¿Qué significa la estanflación? 

La estanflación, término que une los conceptos ingleses stagnation (estancamiento) e inflation (inflación), es un escenario económico atípico que se produce cuando conviven dos fenómenos que, por naturaleza, deberían ser excluyentes: una alta inflación y un estancamiento económico. Este concepto fue acuñado en noviembre de 1965 por el político británico Iain Macleod, que por aquel entonces ocupaba el cargo de ministro de Hacienda, durante un debate en la Cámara de los Comunes de Reino Unido, en el que advirtió de la grave situación que atravesaba el país. Este término, no obstante, no se popularizaría a escala global hasta la década de 1970, cuando la crisis del petróleo provocó un drástico incremento de los precios del crudo que acabó repercutiendo en la economía mundial, sumiéndola en un periodo de estanflación cuyas consecuencias se extendieron hasta los años 80 y que llevó a los países a replantearse sus principios económicos.

Imagen de un billete en monedas en un artículo sobre qué es la estanflación
 

La estanflación rompe la relación tradicional entre inflación y crecimiento reflejada en la curva de Phillips. Este fenómeno supone un gran dilema económico, ya que las medidas que se emplean para combatir la inflación y el estancamiento económico son antónimas. Por ejemplo, cuando se elevan los tipos de interés con el objetivo de frenar la inflación, la población suele frenar su consumo, lo que se traduce en una reducción del crecimiento económico. Por el contrario, cuando se busca dinamizar la economía mediante un recorte de tipos, los precios suben, impulsando, consecuentemente, la inflación. Estas situaciones estanflacionarias suelen producirse por una combinación de distintos factores, como una crisis económica, un choque en la oferta de determinados productos o unas políticas monetarias infructuosas, y traen consigo graves consecuencias tanto para la economía nacional, que pueden enfrentarse a una caída en la actividad bursátil de sus empresas y a un incremento de la tasa de desempleo, como para la economía personal de cada ciudadano, que puede ver cómo su nivel adquisitivo y calidad de vida empeora. Por ello, y aunque los propios organismos financieros tomen medidas para evitar la estanflación, es recomendable estar preparado para proteger nuestras finanzas en esta situaciones

¿Cuáles son las causas de la estanflación? 

La estanflación es un fenómeno complejo y atípico que suele estar motivado por una combinación de diversos factores, entre los que se encuentran: 

  • Choques de oferta. Por ejemplo, aumentos abruptos en el precio de materias primas o interrupciones en cadenas de suministro. 
  • Políticas monetarias expansivas mal calibradas. Una política monetaria inadecuada puede traer consigo un periodo de estanflación, ya que, al no aplicarse correctamente, puede acelerar la inflación sin reactivar el crecimiento. 
  • Problemas estructurales en los mercados. Un mercado demasiado inflexible, sujeto a excesivas regulaciones, una falta de competencia, o problemas en la cadena de suministro que puedan encarecer el mantenimiento y transporte de productos pueden provocar estanflación. 
  • Crisis globales. Las crisis mundiales, como la que se vivió en la década de los 70 con el petróleo, pueden no solo impactar en la economía, sino también traer consigo episodios estanflacionarios. 
  • Devaluaciones cambiarias. Las pérdidas súbitas de valor en divisas, tipos de cambio y economías abiertas  encarece las importaciones y reduce la demanda interna, pudiendo ocasionar estanflación.

Consecuencias de la estanflación

La estanflación es un fenómeno económico que puede traer consigo graves consecuencias tanto para la economía de un país como para sus propios ciudadanos.

  • Aumento del desempleo y el paro. Al reducirse el consumo y estancarse el crecimiento económico, aumenta el desempleo, ya que las empresas no tienen capacidad para dar trabajo a tantos empleados como antes.
  • Pérdida de poder adquisitivo. En un periodo de estanflación, los precios de los productos y servicios suben más que los salarios, lo que se traduce en una pérdida de poder adquisitivo. De igual manera, al verse reducido su poder adquisitivo, la capacidad de ahorro de los ciudadanos también se ve mermada. 
  • Dificultades para la política económica. Al convivir dos fenómenos en teoría incompatibles, la estanflación presenta múltiples dificultades para la política económica, ya que las medidas necesarias para solucionar la inflación y aquellas necesarias para fomentar el crecimiento económico son antagónicas. 
  • Sectores descompensados. En estos periodos, algunos sectores pueden empezar a decrecer, afectados por la reducción de la demanda y el consumo. 
  • Pérdida en la actividad bursátil. Al haber menos capital, las inversiones en las empresas disminuyen, lo que empeora aún más las condiciones económicas.
Imagen de monedas en un artículo sobre qué es la estanflación
 

¿En qué se diferencia la estanflación de la recesión?

Aunque la estanflación y la recesión guardan cierta relación, estos fenómenos económicos son diferentes. Mientras que en un periodo de estanflación el crecimiento económico es débil o permanece estancado, en un periodo de recesión el PIB se contrae, teniendo que retroceder durante dos trimestres consecutivos para poder hablar de este fenómeno. A nivel de inflación, durante un periodo de estanflación esta se mantiene a unos niveles elevados, mientras que durante una recesión esta es baja o moderada. 

Otra diferencia clave entre estanflación y recesión es la política económica: mientras que en una recesión se pueden bajar los tipos para estimular la economía del país, durante una estanflación la toma de decisiones se complica,  ya que recortar o aumentar los tipos de interés puede empeorar la situación. Para los inversores, además, un escenario de recesión ofrece mayor previsibilidad, impulsando la inversión en activos defensivos, mientras que en una estanflación la situación se vuelve más compleja, con una volatilidad elevada y una pérdida de poder adquisitivo que merma las opciones para invertir.  

En una recesión típica, en resumen, el principal problema es la caída de la actividad económica. La inflación suele estar controlada, lo que permite a los bancos centrales estimular la economía bajando los tipos de interés. 

En la estanflación, en cambio, el gran reto es la coexistencia de inflación alta con crecimiento estancado y desempleo. Las herramientas tradicionales no funcionan bien: si se bajan tipos, se alimenta la inflación; si se suben, se frena aún más la economía. 

¿Hay ejemplos históricos relevantes? 

A pesar de que la estanflación es un fenómeno atípico, a lo largo de la historia se han podido ver varios episodios de este fenómeno. Algunos de los más destacados son: 

  • Crisis del petróleo (1973–74). Fue la primera y más famosa estanflación moderna. En ella, Estados Unidos y Europa sufrieron un desplome del crecimiento junto a subidas del IPC superiores al 10 %.  
  • Estados Unidos (finales de 70 – principios de 80). La Reserva Federal, liderada por Paul Volcker, sube los tipos al 20 % para domar una inflación del 15 %. Esto desencadena una recesión profunda y resuelve el estancamiento. 
  • Argentina 1959, 1975, 2002 o 2020. Todos estos años se han dado ciclos repetidos en el país sudamericano, con fuertes devaluaciones y una inflación muy elevada. 
Imagen de monedas virtuales en un artículo sobre qué es la estanflación
 

¿Se puede evitar o combatir la estanflación? El papel de los bancos centrales 

La estanflación es un dilema para la política monetaria. ¿Qué deben hacer gobiernos y bancos centrales? En este contexto, deben decidir entre: 

  • Subir tipos: controlarán la inflación, pero frenarán aún más el crecimiento. 
  • Bajar tipos: reactivarán la economía, pero avivarán la inflación. 

Ante esta situación, hay varias estrategias que estos organismos pueden llevar a cabo para combatir el problema: 

  • Políticas mixtas equilibradas: combinar ajustes monetarios con medidas fiscales para impulsar sectores productivos. 
  • Reformas estructurales: mayor eficiencia laboral, menor rigidez y estimular la oferta. 
  • Instrumentos macroprudenciales: controlar el crédito con más regulación financiera. 
  • Objetivos inflacionarios creíbles: ampliar la confianza en bancos centrales, como hizo en su día la FED con Volcker. 

¿Cómo invertir para protegerse de la estanflación? 

La estanflación no solo puede tener efectos en la economía del país o de sus ciudadanos, sino también en el entorno bursátil, donde puede afectar al comportamiento de distintos activos financieros:

  • Renta fija: pierde valor real. 
  • Renta variable: experimenta alta volatilidad, lo que favorece la inversión en activos y sectores más defensivos. 
  • Commodities: este tipo de instrumentos pueden beneficiarse por las subidas que pueden experimentar las materias primas en estos escenarios.  
  • Activos refugio: activos refugio como el oro pueden verse beneficiados en estos periodos, dada la incertidumbre del mercado. 

Para sobrellevar estos escenarios y proteger nuestro capital, no obstante, existen varios consejos que podemos aplicar y que pueden ayudarnos a mermar las posibles pérdidas que podríamos llegar a experimentar. Estos son algunos de los más destacados: 

  • Diversificar entre varias clases de activo. Por ejemplo, renta variable defensiva (utilities, consumo básico) con materias primas y energéticas, así como en inversiones indexadas a inflación (TIPs, bonos ligados al IPC…). 
  • Evaluar el contexto macro. Es decir, vigilar de cerca la inflación, el crecimiento del PIB y estar al tanto sobre las decisiones del BCE o FED. 
  • Proteger el patrimonio. Optar por una cartera de inversión con activos reales o fondos temáticos relacionados con sectores resistentes. 

La estanflación es una amenaza real tanto para la economía de un país como para las inversiones, ya que combina la evaporación y pérdida del poder adquisitivo con un crecimiento económico mínimo y muy débil. Con la incertidumbre económica y geopolítica actual, el riesgo de que se produzca no puede descartarse. Por eso, es importante conocer sus efectos y prepararse para proteger nuestras carteras. De este modo, podríamos reducir el impacto que estas situaciones pueden llegar a tener en nuestras finanzas. 

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