La semana pasada el director ejecutivo de JP Morgan sorprendió a los inversores al afirmar que la Reserva Federal podría verse obligada a subir los tipos de interés hasta el 7% para estabilizar los precios. Aunque la inflación lleva desacelerando más de un año, existe el temor de que los nuevos repuntes en el precio del petróleo y las presiones salariales mantengan la tasa de IPC lejos de su objetivo del 2% o incluso sufran nuevas subidas. La estrategia de los bancos centrales en estos momentos es la de mantener los tipos altos hasta que finalmente acabe frenando el consumo y la inversión.
Bill Ackman, socio del fondo Pershing Square considera que la economía ya ha empezado a desacelerarse y no harán falta más subidas de tipos. El famoso inversor norteamericano piensa que las altas tasas hipotecarias, que ya superan el 7% y las de las tarjetas de crédito ya están empezando a tener un impacto sobre la economía real. El objetivo máximo que ve en la rentabilidad del bono a 10 años es del 5% y actualmente se encuentra sobre el 4,64%.
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