Estrategias de inversión a largo plazo: ¿en qué consisten?

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La inversión a largo plazo es una técnica que consiste en mantener activos durante un periodo prolongado, generalmente más de un año, con el objetivo de que se vayan revalorizando con el paso del tiempo. En este artículo, te contamos qué beneficios ofrece esta estrategia y cómo poder aplicarla.

La inversión a largo plazo es una estrategia financiera que consiste en mantener activos durante un período prolongado, generalmente superior a un año, con el propósito de que se vayan revalorizando con el paso del tiempo. Este método de inversión puede ser de gran utilidad para los inversores que quieren aumentar su patrimonio de forma estable y sin tener que estar pendientes constantemente de las fluctuaciones del mercado. En este artículo, te explicamos qué es exactamente la inversión a largo plazo y cuáles son sus ventajas. 

¿Qué es la inversión a largo plazo? 

La inversión a largo plazo es un método de inversión que se basa en adquirir activos con la intención de mantenerlos durante un período de tiempo prolongado, generalmente superior a un año. Esta estrategia se caracteriza por la búsqueda de rentabilidad en el largo plazo y asume que las inversiones, si bien pueden experimentar fluctuaciones en el corto plazo, tienden a apreciarse a futuro.

Cuando se apuesta por las estrategias de inversión a largo plazo, los inversores no ponen el foco en las ganancias que se puedan obtener con la compra y venta de activos, sino en los rendimientos que estos pueden generar gradualmente con el paso del tiempo, ya sea por su propia revalorización o por el cobro de posibles intereses o dividendos. Estas alternativas suelen generar una rentabilidad media más estable que la que se obtendría con las fórmulas de inversión a corto plazo y permiten a los inversores beneficiarse del llamado interés compuesto, un concepto que se basa en la acumulación de intereses y que puede disparar los beneficios de las operaciones. Además, ayudan a mitigar la volatilidad propia de los mercados y a reducir riesgos, lo que las convierte en una opción de interés para los inversores con menor tolerancia a las fluctuaciones del mercado. 

Imagen de una persona invirtiendo en un artículo sobre las estrategias de inversión a largo plazo
 

¿Qué beneficios ofrecen las estrategias de inversión a largo plazo?

Las estrategias de inversión a largo plazo ofrecen múltiples ventajas que pueden ayudarnos a aumentar nuestro patrimonio. Algunas de las más destacadas son: 

  • Reducción de los efectos de la volatilidad. Tienden a mitigar los efectos de las fluctuaciones del mercado, ya que las caídas temporales se pueden compensar con recuperaciones posteriores. 
  • Aprovechamiento del interés compuesto. Reinvertir las ganancias generadas hace que los rendimientos se acumulen sobre el capital inicial y las ganancias anteriores. O sea, que potencian el crecimiento del patrimonio. 
  • Menos costes operativos. Al hacer menos operaciones, se reducen los gastos asociados a comisiones y otros conceptos. 
  • Beneficios fiscales. En algunos regímenes fiscales, las ganancias de las inversiones a largo plazo están sujetas a impuestos más bajos que las ganancias a corto plazo. 
  • Enfoque en fundamentos. Este modelo de inversión se centra en los fundamentos de los activos, como la salud financiera de una empresa, en lugar de en las fluctuaciones diarias del mercado. 
  • Generación de ingresos pasivos. Activos como bonos, acciones con dividendos y bienes raíces pueden generar ingresos recurrentes a lo largo del tiempo. 
  • Más tranquilidad y estabilidad emocional. Evita la presión constante de los movimientos del mercado a corto plazo. Por ende, reduce el estrés y no hay toma de decisiones impulsivas. 

Aunque estas estrategias sufren una menor volatilidad que las que se aplican a corto plazo, estas inversiones no están exentas de riesgos, por lo que, antes de apostar por ellas, deberemos tener claro cuál es nuestro nivel de tolerancia a la incertidumbre y a las posibles pérdidas. Además, será vital tener claros cuáles son nuestros objetivos financieros y mantener la calma ante las posibles fluctuaciones del mercado, evitando el impulso de comprar o vender nuestros activos en momentos bajistas o alcistas y poniendo el foco siempre en el horizonte de tiempo que nos hemos marcado. 

Opciones de inversión a largo plazo 

A la hora de invertir a largo plazo, podemos recurrir a una amplia variedad de activos en función de nuestro nivel de tolerancia al riesgo y nuestros objetivos financieros. Las más habituales son:  

  • Acciones. Invertir en acciones de empresas consolidadas da la posibilidad de participar en su crecimiento y obtener dividendos.  
    • Ejemplo: invertir a largo plazo en el Ibex 35, en compañías como Inditex o Banco Santander, ha dado rendimientos muy notables con el paso del tiempo. 
  • Fondos de inversión. Los fondos de inversión ayudan a diversificar el capital en una variedad de activos gestionados por profesionales.  
    • Ejemplo: fondos como los de renta variable internacional o mixtos son opciones comunes para el largo plazo. 
  • Bonos. Los bonos gubernamentales o corporativos son instrumentos de deuda que ofrecen rendimientos fijos y son consideradas inversiones más seguras.  
    • Ejemplo: los bonos del Estado español son una opción siempre llamativa para inversores conservadores. 
  • Bienes raíces. La inversión en propiedades inmobiliarias puede generar ingresos por alquiler y apreciación del capital a lo largo del tiempo.  
    • Ejemplo: numerosos inmuebles en ciudades como Madrid y Barcelona han mostrado incrementos sostenidos en las últimas décadas. 
  • Planes de pensiones. Diseñados para la jubilación, estos planes permiten acumular ahorro con ventajas fiscales, invirtiendo en una variedad de activos a largo plazo. 
    • Ejemplo: vale cualquier plan de pensiones Individual de un banco que ofrezca diversificación en renta fija y variable. 
  • ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa). Son fondos de inversión que replican índices bursátiles y que ayudan a diversificar la inversión con bajas comisiones. 
    • Ejemplo: un ETF como el iShares Core MSCI World, que sigue la evolución de las principales empresas globales. 
  • Materias primas. Los metales preciosos son alternativas de inversión a largo plazo que actúan como refugio ante la inflación y la volatilidad de los mercados. 
    • Ejemplo: el oro ha sido históricamente una reserva de valor en tiempos de crisis económicas. 
  • Criptomonedas. Aunque su volatilidad es alta, algunas criptomonedas han demostrado ser una inversión rentable también en el largo plazo. 
    • Ejemplo: la estrategia de acumulación de Bitcoin por parte de grandes empresas como MicroStrategy. 
Imagen de un inversor con billetes en un artículo sobre las estrategias de inversión a largo plazo
 

Claves para una inversión a largo plazo segura y rentable 

Las estrategias de inversión a largo plazo pueden ayudarnos a aumentar nuestro patrimonio de forma estable y segura. Estas alternativas pueden mitigar la volatilidad y los riesgos propios de los mercados financieros, aunque para poder maximizar sus beneficios es esencial tener en cuenta ciertas recomendaciones: 

  • Diversificar. Distribuir el capital en diferentes tipos de activos y sectores reduce el riesgo y aumenta las oportunidades de obtener rentabilidad. 
  • Hacer análisis exhaustivos. Hay que investigar y estudiar detalladamente las opciones de inversión, valorando factores como la solvencia de la empresa, perspectivas del sector y condiciones económicas en general. 
  • Tener paciencia y disciplina. Hay que mantenerse firme en la estrategia de inversión. Es decir, evitar las decisiones impulsivas motivadas por movimientos temporales del mercado. 
  • Revisar periódicamente. Aunque la inversión es a largo plazo, es importante revisar periódicamente la cartera. Será la mejor forma de saber cuándo y cómo hacer ajustes según los cambios en el mercado o en los objetivos. 
  • Educación continua. Estar informado sobre tendencias económicas, novedades en los ​mercados financieros y cambios legales tiene su peso en cualquier inversión. 
  • Gestión del riesgo. Es recomendable fijar límites de pérdidas y diversificar entre activos de distinto perfil de riesgo
  • Ahorro constante. Invertir de forma regular en un fondo o activo concreto (Dollar Cost Averaging) ayuda a reducir el impacto de la volatilidad. 

La inversión a largo plazo es una estrategia eficaz para construir y preservar nuestro patrimonio, aprovechando el crecimiento compuesto y suavizando los efectos de la volatilidad. Con disciplina, una correcta gestión del riesgo y una buena toma de decisiones, nuestros objetivos financieros estarán más cerca de cumplirse.

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FAQ

La inversión a largo plazo es un método de inversión que se basa en adquirir activos con la intención de mantenerlos durante un período de tiempo prolongado, generalmente superior a un año, a fin de obtener rendimientos. Esta técnica busca rentabilidad en el largo plazo y asume que las inversiones, si bien pueden experimentar fluctuaciones en el corto plazo, tienden a apreciarse a futuro.

 

Las estrategias de inversión a largo plazo pueden ofrecer múltiples ventajas, entre las que destacan: 

  • Reducen los efectos de la volatilidad. Tienden a mitigar los efectos de las fluctuaciones del mercado, ya que las caídas temporales se pueden compensar con recuperaciones posteriores. 
  • Aprovechan el interés compuesto. Reinvertir las ganancias generadas hace que los rendimientos se acumulen sobre el capital inicial y las ganancias anteriores. O sea, que potencian el crecimiento del patrimonio. 
  • Tienen menos costes operativos. Al hacer menos operaciones, se reducen los gastos asociados a comisiones y otros conceptos. 
  • Ofrecen beneficios fiscales. En algunos regímenes fiscales, las ganancias de las inversiones a largo plazo están sujetas a impuestos más bajos que las ganancias a corto plazo. 
  • Se enfocan en fundamentos. Este modelo de inversión se centra en los fundamentos de los activos, como la salud financiera de una empresa, en lugar de en las fluctuaciones diarias del mercado. 
  • Pueden generar ingresos pasivos. Activos como bonos, acciones con dividendos y bienes raíces pueden generar ingresos recurrentes a lo largo del tiempo. 
  • Ofrecen más tranquilidad y estabilidad emocional. Evitan la presión constante de los movimientos del mercado a corto plazo. Por ende, reduce el estrés y no hay toma de decisiones impulsivas. 

A la hora de invertir a largo plazo, podemos recurrir a multitud de activos, entre los que destacan: 

  • Acciones.
  • Fondos de inversión. 
  • Bonos.
  • Bienes raíces.
  • Planes de pensiones. 
  • ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa). 
  • Materias primas.
  • Criptomonedas. 

Para maximizar los beneficios que podemos llegar a obtener con las estrategias de inversión a largo plazo, hay ciertos consejos que podemos seguir:

  • Diversificar. Distribuir el capital en diferentes tipos de activos y sectores reduce el riesgo y aumenta las oportunidades de obtener rentabilidad. 
  • Hacer análisis exhaustivos. Hay que investigar y estudiar detalladamente las opciones de inversión, valorando factores como la solvencia de la empresa, perspectivas del sector y condiciones económicas en general. 
  • Tener paciencia y disciplina. Hay que mantenerse firme en la estrategia de inversión. Es decir, evitar las decisiones impulsivas motivadas por movimientos temporales del mercado. 
  • Revisar periódicamente. Aunque la inversión es a largo plazo, es importante revisar periódicamente la cartera. Será la mejor forma de saber cuándo y cómo hacer ajustes según los cambios en el mercado o en los objetivos. 
  • Educación continua. Estar informado sobre tendencias económicas, novedades en los ​​mercados financieros y cambios legales tiene su peso en cualquier inversión. 
  • Gestión del riesgo. Es recomendable fijar límites de pérdidas y diversificar entre activos de distinto perfil de riesgo. 
  • Ahorro constante. Invertir de forma regular en un fondo o activo concreto (Dollar-Cost Averaging) ayuda a reducir el impacto de la volatilidad. 

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