Guerra en Oriente Medio: ¿qué hacer con las inversiones?

17:44 19 de junio de 2025

La tensión en Oriente Medio sube por momentos. Donald Trump está sopesando lo que podría ser una de las decisiones más importantes de su presidencia. Sin la asistencia militar directa de Estados Unidos, los ataques de Israel contra Irán podrían no ser capaces de destruir una parte suficiente del programa nuclear de la república islámica como para impedir que se apresure a desarrollar una bomba. Sin embargo, la intervención directa de Estados Unidos correría el riesgo de arrastrarlo a lo que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, claramente considera una búsqueda de un cambio de régimen en Irán. Las consecuencias podrían ser una escalada del conflicto que desestabilizaría a toda la región.

 

¿Posibles escenarios de una guerra en Oriente Medio?

El atractivo de ser el presidente estadounidense que finalmente puso fin a la existencia de la amenaza de un país como Irán con armas nucleares, en lugar de aquel presidente que se negó a ayudar a Israel a conseguirlo, creemos que será decisivo. Este será el motivo principal por el que Donald Trump podría ordenar a sus bombarderos que se unan al ataque de Irán en los próximos días.

 
Imagen con los posibles escenarios del conflicto de Oriente Medio
 

En ese escenario, que consideramos en estos momentos como el más probable, las decisiones adoptadas después por Irán serán decisivas. 

Aunque en muchos medios se estima que el bloqueo del estrecho de Ormuz no se encuentra entre las posibles represalias de Irán, debido a sus propias exportaciones de petróleo hacia China, nosotros creemos que no será la principal prioridad de Irán, y buscará hacer el mayor daño posible a Estados Unidos.

En este caso, consideramos que buscará como principal prioridad una subida de los costes de la energía. Una de las principales amenazas que planea sobre la economía es el bloqueo del Estrecho de Ormuz, paso por donde transita el 20% del petróleo a nivel mundial y el 30% del gas licuado. Aunque tuviera implicaciones negativas para las finanzas del propio país, consideramos que, en caso de verse acorralado, el régimen de Irán intentará bloquearlo.

Además, creemos que Irán podría tomar represalias contra instalaciones petroleras de Arabia Saudí y de Iraq, como ya hizo en el 2019. En su momento, parecieron maniobras simuladas de lo que podría llegar a conseguir en caso de verse amenazada. Para nosotros, en estos momentos es el escenario más negativo para los mercados pero el que consideramos que tiene una mayor probabilidad de suceder. 

Las consecuencias para los mercados de una posible guerra en Oriente Medio podrían no ser tan elevadas como se descuenta, debido a que el resto de países árabes no deberían de movilizarse, y la reapertura del Estrecho de Ormuz podría ser más rápida de lo esperado. Además, Arabia Saudí lleva años invirtiendo en vías alternativas en caso de que se bloquease este paso.

El siguiente escenario más probable es en el que Estados Unidos no llegue a atacar a Irán, y el conflicto se alargue durante semanas. Poco a poco reduciendo la tensión, acostumbrandose los mercados a la existencia de la guerra entre ambos países. Sin la participación de Estados Unidos, consideramos que un acuerdo nuclear es menos probable, aunque la superioridad en combate de Israel podría obligar al régimen a firmarlo al verse contra las cuerdas.

 

¿Qué hacer con las inversiones si estalla la guerra en Oriente Medio?

El mayor miedo de los mercados son los eventos de gran incertidumbre. Los inversores se ven muchas veces atemorizados ante este tipo de escenarios y recurren de manera inmediata a vender sus activos financieros. Muchos de ellos, sobre todo los que se han incorporado más recientemente en la inversión en los mercados, ven en estos conflictos el inicio de una oleada bajista de la que no quieren verse atrapados. Sin embargo, la historia ha demostrado que mantener la calma y seguir una estrategia de inversión a largo plazo ha dado siempre buenos resultados.

Desde 1939, se han producido 32 eventos geopolíticos similares al actual. Según Deutsche Bank, el resultado ha sido de una caída del 6% en el S&P 500 hasta que toca su suelo, para después recuperar rápidamente el terreno perdido. De hecho, el suelo se da de media en los 16 días laborales posteriores al inicio del conflicto, mientras que apenas tarda otros 17 días en recuperarse. Pongamos algunos de los ejemplos más impactantes en los últimos 80 años.

El 7 de diciembre de 1941,Japón lanzó un ataque sorpresa contra la base naval estadounidense de Pearl Harbor, Hawái, lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El Dow Jones recuperó las caídas generadas en este ataque el 26 de diciembre, menos de 3 semanas después.

La crisis de los misiles en Cuba, fue un enfrentamiento en octubre de 1962 entre Estados Unidos y la Unión Soviética por la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Este conflicto es considerado uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría, donde el mundo estuvo cerca de una guerra nuclear, más de lo que podríamos imaginarnos ahora. En menos de un mes, el S&P 500 ya estaba por encima de su nivel previo.

Una de las mayores caídas diarias en la historia de los mercados tuvo lugar en el lunes negro de 1987. El Dow Jones corrigió un 22% en ese día, y los mercados corrigieron hasta un suelo por debajo de 1800 puntos en mayo de 1988. En septiembre de 1989, sin embargo, el Dow Jones ya se encontraba por encima de esos niveles.

 

Los mercados resisten adversidades

El atentado del 11 de septiembre ha sido uno de los eventos que ha marcado este siglo. Los mercados financieros estuvieron cerrados durante una semana en EEUU y abrieron con una caída del 14%. Sin embargo, una vez más el S&P 500 obtuvo una recuperación formidable y recuperó todo el terreno perdido.

La mayor crisis financiera de los últimos años, la crisis subprime de 2007 y 2008, se llevó por delante miles de empleos y provocó una fuerte desconfianza en el sistema financiero mundial, quizás nunca lleguemos a ver una crisis tan fuerte como la acontecida en aquellos años. El S&P 500 llegó a retroceder un 57%, y  aunque el mercado tardó tiempo en recuperarse, a los 6 años de haber tocado suelo ya había triplicado su valor.

En las últimas semanas hemos oído hablar mucho sobre la deuda. En 2011 se produjo la primera rebaja de calificación de la deuda de EEUU, mientras Europa debatía su futuro. En este caso, el mercado recuperó todas sus pérdidas en apenas 5 meses, manteniendo una fuerte tendencia al alza en los meses siguientes.

El COVID ha sido en los últimos años el evento más impactante que ha tenido lugar en el mundo. Sin embargo, a pesar de todo lo que podríamos pensar, en las primeras semanas de restricciones en agosto el S&P 500 ya había ascendido a niveles superiores gracias al empuje de la tecnología.

Por último, la guerra en Ucrania, desató muchas dudas sobre un posible conflicto que llegase  a otros países de Europa en unas semanas. En este caso el S&P 500 recuperó las caídas en apenas una semana. En este caso, las subidas en el precio del barril y los cambios de política monetaria provocaron un ciclo de subidas de tipos que en un inicio generaron dudas en los mercados. Sin embargo, en 2023 y 2024 asistimos a dos años históricos con fuertes subidas de los índices gracias a la inteligencia artificial.

Desde enero del 2003 hasta diciembre de 2022, una inversión de 10.000 dólares se hubiera revalorizado hasta generar un valor de 65.000 dólares, si hubiera estado invertido todos los días. En el caso de perderse los 10 mejores días, el dinero que se obtendría habría bajado hasta los 29.000 dólares, mientras que en el caso de perderse los 20 mejores días el resultado es de apenas 17.800 dólares. Esto ofrece una muestra del grave error que pueden cometer los inversores si, en vez de mantener la calma y seguir sus estrategias, deciden vender rápidamente. Entre los 10 mejores días bursátiles de este periodo encontramos que todos ellos se encuentran en los años 2008, 2020, y 2009.

 

¿Qué consecuencias tendría una guerra en Oriente Medio en la economía de EEUU?

Después de fracasar en algunos de sus objetivos, Trump ahora está emprendiendo una nueva aventura. Después de amenazar a Irán con una rendición incondicional, Trump ahora quiere cambiar su régimen.

Sin embargo, Estados Unidos tiene una tasa de fracaso del 100% en las operaciones de cambio de régimen. Solo en los últimos 20 años, ha fracasado en Irak, Libia, Siria y Afganistán. Es importante destacar que, para llevar a cabo todas estas operaciones de cambio de régimen, Estados Unidos gastó billones y billones de dólares imprimiendo dinero.

El propio Trump dijo en 2019 que Estados Unidos gastó 8 billones de dólares en Oriente Medio en todos estos falsos esfuerzos de cambio de régimen. Toda esa deuda conlleva intereses, que se han convertido en su mayor pesadilla.

La impresión de nuevas unidades monetarias genera inflación, especialmente en los precios de los activos, tanto reales como financieros. Como resultado, los propietarios de activos se vuelven automáticamente más ricos debido a la devaluación de la moneda, y la riqueza se concentra cada vez en menos manos. A medida que los activos se acumulan en unas pocas manos, la desigualdad de la riqueza se vuelve masiva. Ahora, en Estados Unidos, el 1% más rico posee tanta riqueza como el 50% más pobre. Cuando este nivel de desigualdad de riqueza se acumula y una crisis financiera masiva golpea la economía.

Es por eso que los inversores deberían ser capaces de mantener la calma y continuar con su estrategia, en la que no pueden faltar activos como el oro, la plata o el bitcoin.


 

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